Así es 'Nollywood', la meca del cine barato en el mundo
Escrito por Rebaca Galindo (El Tiempo)   
Miércoles, 08 de Junio de 2011 07:54

altPrimera escena: Un niño juega en la calle y un hombre lo salva de ser atropellado por un carro. Segunda escena: Se repite lo anterior tras un corte brusco de edición.

Tercera escena: Los subtítulos desaparecen y es difícil seguir un inglés mezclado con no se sabe qué dialecto africano.

El nombre de la película importa poco y posiblemente usted nunca la verá en las carteleras colombianas. Se trata de una producción de 'Nollywood' -sí, con 'N'-. La segunda industria del cine más grande del mundo es made in Nigeria y, en cuanto a volúmenes, no tiene nada que envidiarles al Bollywood de los indios ni al Hollywood de los estadounidenses.

Este año, el país más poblado de África (supera los 158 millones) cumplió 50 años de independencia del Reino Unido y, a pesar de ser un Estado joven, el mercado de Nigeria es más que suficiente para garantizar que no quede en bancarrota.

La producción de Nollywood es tan artesanal que es casi imposible de cuantificar. Según un estudio de la Unesco, los nigerianos producen al menos 800 filmes anuales. En comparación, Bollywood los supera con más de 1.000 películas anuales y Hollywood se queda en el tercer lugar, con unos 480 largometrajes.
Pero, para directores nigerianos como Mahmood Ali Balogun, la cifra de su país puede llegar a los 2.000.

Desde su casa en Lagos, este cineasta contesta las preguntas con la tranquilidad de un hombre que empezó desde abajo y ya tiene su propia productora. "En menos de un mes terminas una película y te mueves a otra", le comentó a EL TIEMPO, en medio de risas. Él comenzó igual que todos los directores de su país: con una rústica cámara de video. Editaba las películas en su casa y él mismo quemaba los DVD y los vendía.

Mahmood vive tan obsesionado con el frenético ritmo del cine nigeriano, que no concibe cómo es que en Colombia no conozcamos la magnitud de este fenómeno. "En 1959 nos convertimos en el primer país de África en tener televisión. El primer africano en ganar el Premio Nobel de Literatura es nigeriano (Wole Soyinka), por eso es que somos buenos contando historias en el cine", explica.

Para Mahmood, el curioso interés de su gente por el cine proviene de los ancestros de los más de 250 grupos étnicos que conforman su país. "No tenemos miedo de contar nuestras historias, sean malas o buenas. Nuestra diversidad cultural es la responsable de lo que hoy ve el mundo".

No hay escenarios ni guiones ambiciosos en Nollywood. Según la Unesco, el 99 por ciento de las proyecciones es informal, es decir, nunca llega a las salas de cine. Además, cerca del 56 por ciento de las películas se hace en lenguajes locales, principalmente yoruba (31%), hausa (24%) e igbo (1%). El 44 por ciento restante es filmado en inglés, lo que contribuye a su éxito para exportar los filmes a lugares a los que los nigerianos han emigrado: Estados Unidos, Inglaterra y el Caribe.

Con el 70 por ciento de su gente viviendo con menos de un dólar al día, Nigeria es uno de los 10 países más pobres del mundo. Por eso, no le viene nada mal el negocio de 200 millones de dólares que representa Nollywood. ¿Los va a sacar de la pobreza? No, pero los entretiene.

Cine 'flash'

Detrás del encanto casero, en las películas de Nollywood, igual que como sucede con el cine de autor, los directores hacen lo que les da la gana. "La mayoría nunca pasó por una escuela de cine", dice Mahmood y explica que un largometraje puede estar listo entre una semana y varios meses, según la calidad.

Pero cuando se está prácticamente solo haciendo cine, el bolsillo no alcanza para la filigrana. Atrás se quedan los efectos especiales y la producción impecable. Una cinta de mediana calidad, según Mahmood, puede costar 100.000 dólares. Nada, comparado con los 287 millones de dólares que costó filmar Cleopatra en 1963, por ejemplo.

La cosa es tan extrema que muchos directores nigerianos filmaban en una cinta que tuvieran a la mano y, si la película no tenía éxito, simplemente filmaban otra encima.

Luego del lanzamiento, las películas se pueden comprar en cualquier lugar. "En todas partes hay tiendas que venden películas de Nollywood. Son muy baratas, cuestan entre 200 y 300 nairas, y eso es como 1,5 a 2 dólares", dice Zakariyau Sadiq Sambo, historiador y profesor del Colegio Estatal Kwara en Ilorin (Nigeria).

Mientras realizamos la entrevista, Zakariyau le grita algo ininteligible a su esposa. "En este momento, ella está viendo una película de Nollywood", dice. Quizás le pidió que le bajara al volumen. "A comienzos de 1990, las salas de cine perdieron popularidad y hoy están muriendo. Casi nadie va al cine porque tienen a Nollywood para mirar en sus propios hogares. Solo la élite va al cine", dice Zakariyau.

Otra particularidad de esta industria es que se sostiene con lo que el resto del mundo combate: la piratería. Gracias a la economía paralela de películas quemadas, los videos pueden llegar a zonas rurales, donde ni los ricos tienen cómo ir al cine.

Más devaluación, más películas


Desde Sudáfrica, la periodista Gaironisa Paleker, que ha investigado el fenómeno Nollywood por años, explica: "Hay dramas, historias de amor, crimen, magia y de fenómenos sobrenaturales. Muchos temas también tratan de los deseos de los personajes de obtener fama y fortuna -dice Gaironisa-. En esos escenarios, que incluyen mansiones dignas de una novela mexicana, hay, en el fondo, expresiones de una clase media mirándose a sí misma".

En uno de sus artículos, publicado por el Comité Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), esta reportera explora el origen del fenómeno y considera que su nacimiento no fue en vano, sino un resultado de la tragedia económica del país.

La película de terror cobró vigor en los años 70, cuando Nigeria descubrió que podía bañarse en petróleo y el Gobierno comenzó a impulsar la nacionalización de su industria del cine.

El problema fue que todo se dio en medio de un régimen militar, dos intentos de golpe de Estado, una guerra civil y la devaluación del naira, que llegó al 66%.

La caída de los precios del crudo, 10 años después, solo empeoró las cosas. Y el Programa de Ajuste Estructural que el FMI implementó en el país, en 1986, fracasó y no los pudo sacar del atolladero.

Pero ante la carencia vino la recursividad y los ávidos del séptimo arte y del dinero rápido, que ya no podían comprar equipos profesionales de cine, se volcaron sobre el video como una forma de sustento.

El boom que siguió comenzó en la década de los 90 y, desde entonces, no se ha detenido. "El futuro de Nollywood será brillante.
Esta es la punta del iceberg. El cielo es el límite", dice Mahmood.

Desde el betamax hasta el video digital, ha sido un largo camino para el saturado mercado de los nigerianos. ¿Será el final de la película?

"Nadie le apostaba a Nollywood. La gente pensaba que era una industria que iba a morir pronto -concluye Zakariyau-. Pero la historia probó que todos nos equivocábamos".

En Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Nollywood

Fuente: REBECA LUCÍA GALINDO / EL TIEMPO


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