Medicinas que matan
Escrito por Iván R. Méndez | X: @ivanxcaracas   
Martes, 13 de Julio de 2010 13:33

altNo todas las medicinas están diseñadas para sanar al paciente. Algunas, como los medicamentos ilícitos, son un modelo de negocio sustentado en la estafa  a incautos con placebos (en el mejor caso) o venenos derivados de drogas  adulteradas.

Las ganancias de este timo superan los  42 mil millones de dólares a nivel mundial. Según la ONU, en el Tercer Mundo tres de cada diez medicamentos son falsos y en Venezuela se incrementó el número de casos reportados en un 76 por ciento en el 2006.

¿Cómo se clasifican los medicamentos ilícitos?
Según la  Cámara Venezolana del Medicamento (CAVEME) estos “productos ilegales, que no cumplen con las regulaciones sanitarias” y son dañinos para la salud se clasifican en:
•    Adulterados: tienen estuches y etiquetas con información falsa del Número de Lote, Registro Sanitario, Fecha de Fabricación y Expiración, que simula la del medicamento genuino.
•    Contrabando: entran al país sin permiso sanitario. Pueden ser adulterados o falsificados.
•    Robados: se degradan por mal almacenamiento y se comercializan en establecimientos no autorizados.
•    Sin registro sanitario: no tienen permiso de comercialización en Venezuela, por lo tanto no hay control sobre su seguridad y eficacia.
•    Vencidos: productos genuinos, comercializados después de su fecha de vencimiento, que han perdido su actividad terapéutica.

Un mercado para los ancianos
Cada año los seres humanos incrementan, gracias a la tecnología, en tres meses sus expectativas de vida.  Esa longevidad prolongada impacta a los Estados Unidos con 34 millones de habitantes mayores de 65 años. Aunque lejos, Venezuela se acerca a Ecuador y Colombia, con un 20% de su población pasando los 60 años de vida, según indicó el Dr. Juan Marques, CSO Novartis Venezuela durante el seminario “Jueves de Salud con Novartis”.
Al envejecer, la persona tiene más enfermedades. De acuerdo a las estadísticas aportadas por el galeno, a los 40 años un 26% de las personas no tiene ninguna enfermedad, cifra que se reduce a 15% a los 80. En Venezuela, la principal causa de muerte en adultos está asociada a cardiopatías, lo cual nos introduce en la tendencia que predomina en el primer mundo, no obstante, los niños mueren, al igual que en África, a causa de enfermedades infecciosas, incluyendo alguna de las “enfermedades olvidadas”: tripanosomiasis africana, chagas y leishmaniasis.

Al 2008, las nuevas investigaciones en medicamentos estaban centradas en tercera edad (780); cáncer (400); niños (200); neurológicos (176) y cardiovasculares (120). Cifras que evidencian la relevancia de la gente mayor para el mercado de salud y, por supuesto, para su reverso falsificador, que en países como Venezuela se mueve bajo el amparo de los débiles controles oficiales y de la situación económica que induce a la gente a soñar con curas milagrosas o versiones alternas a muy bajo costo de sus tratamientos crónicos

Sólo uno entre diez mil
El ciclo de diseño de un medicamento original se inicia con la investigación, avanza hacia ensayos pre-clínicos, ensayos clínicos, registro y patente. En promedio, una medicina tarda 15 años antes de llegar al mostrador de la farmacia y hasta 25 para transformarse en una versión genérica aceptable.  De las 10.000 moléculas analizadas, sólo una llega al paciente y de los 5.000 experimentos realizados en animales sólo uno funciona con los seres humanos. Asevera Juan Marques que el caso del desarrollo de la vacuna AH1-N1 en seis meses es muy atípico en el mundo actual, donde cada droga es precedida por un laborioso y certificado proceso antes de alcanzar al paciente.
La innovación en medicamentos impacta positivamente en los presupuestos de los sistemas de salud. Por ejemplo, en “retinopatía diabética y ceguera” se ahorran hasta US$ 1.600 millones en discapacidad evitada al utilizar las drogas para disminuir la glucosa; mientras que en “úlcera gastroduodenal”  se dejan de gastar US$ 760 millones en tratamientos evitados al implementar la Terapia Curativa para H pylori.

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Hipertensión
La prevalencia de la hipertensión arterial en Venezuela alcanza, según el Dr. Rodolfo Catanho, un 32,4%, mientras en Chile es de un 22,8% y en Argentina de un 28,1%. En Venezuela, sólo se conocen un 47% de los enfermos y de éstos apenas un 37.5% de trata y un 8.5% se controla. Indica Catanho que esto se conoce como la regla de los tres: la mitad no han sido diagnosticados, la mitad de éstos no se trata y de los tratados sólo mitad está controlada: 12.5%. ¡Toda una bomba de tiempo! Si agregamos que la hipertensión arterial puede devenir en ACV-Demencia, muerte súbita y enfermedad renal terminal.

Genéricos versus originales
Cuando un galeno responsable decide qué medicamento recomendar para un tratamiento de hipertensión u otra enfermedad, debe evaluar la respuesta previa de esa marca, sus interacciones, efectos adversos y la farmacocinética / farmacodinamia del antihipertensivo.
Asumir que un medicamento es igual a otro sólo porque ha sido copiado químicamente no garantiza su eficacia y seguridad. Tanto médicos como pacientes deben hacer farmacovigilancia y estar al tanto de la bioequivalencia del producto, que incluye tres factores: equivalentes farmacéuticos, equivalentes terapéuticos y biodisponibilidad.
Esta barrera de protección al paciente no funciona en Venezuela, ya que la autoridad sanitaria no exige buenos estudios de bioequivalencia, lo que determina, según el Dr. Castanho  que existan “buenos y malos genéricos en el mercado”. Novartis, por ejemplo, trabaja con Sandoz, su marca de genéricos que, ratifica el galeno, sí cumple con las bioequivalencias en sus productos.

¿Cómo prevenir la piratería en medicamentos?

— Adquirir el medicamento que recetó el médico, no el sugerido por el farmaceuta, quien no está capacitado para sustituir la prescripción del especialista, como sugieren algunos comerciales de televisión.

— Comprar los medicamentos en farmacias. No en quioscos, gimnasios, buhoneros, maleteros o subastas por Internet.

— Revisar que el estuche del producto esté en perfecto estado, que no tenga tachaduras ni etiquetas superpuestas.

— Revisar que la fecha de expiración no esté vencida y que tenga impreso el número de Registro Sanitario y de Lote.

— Si se notan cambios de sabor, olor u otras modificacioness en el producto habitual, consulte con su médico y farmaceuta certificado.ç

— Si se toma el medicamento siguiendo las indicaciones del doctor, pero no se obtiene mejoría, haya que reportarlo ya que puede ser un falsificado.

— Una vez consumido el jarabe, gotas o suspensión, destruir el frasco para que no sea utilizado por los falsificadores.


+ información y/o denuncias:
•    http://www.contencionilicitos.com.ve
•    0800-toxicos (8694267)
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