Perdone usted si...
Escrito por Ignacio Ávalos Gutiérrez   
Miércoles, 12 de Octubre de 2011 07:55

altPor fortuna no se cumplieron los vaticinios de ciertos críticos de la recientemente aprobada Ley del Deporte, quienes llegaron a decir, incluso, que se expropiaría al Caracas y al Magallanes



I.
… si hoy no le hablo de los trenes descarrilados ni de los aviones que meten susto. Si no le hablo de la inflación, ni de lo caro que se ha puesto todo, en especial  la comida. De la situación de las cárceles, un problema eterno, no importa que tengamos un nuevo Ministerio, al final la realidad no se deja engañar. De la enfermedad del Presidente y de sus indebidos (y poco democráticos) misterios, propios de su liderazgo vitalicio y canonizado. De la violencia, ahora convertida en pura subjetividad gaseosa por el Gobierno, como si los miles de muertos no estuvieran muertos ni los secuestrados, secuestrados, como si el dolor y las lágrimas de tantos venezolanos fueran de utilería.  

De las encuestas electorales y de las adivinanzas de ciertos politólogos. De la MUD y de sus progresos aún insuficientes. De su mensaje, hasta ahora bueno para abonar el desencanto de la gente, pero no para regar la esperanza. De sus primarias, por los momentos bien, pero nunca se sabe cuando hay tanta amígdala suelta. De su insistencia en elaborar una propuesta política nostálgica (re construir, re instalar re hacer…, ese es su mensaje), como si en el país de antes todo hubiera sido miel sobre hojuelas.

De las inexplicables explicaciones sobre la crisis energética, a estas alturas sin culpables a la vista, como no sea la propia ineptitud oficial. De lo bien, me refiero a lo normal, que, por ahora, anda el proceso del Censo, a pesar de lo que se dijo. De la idea de hacer una OPEP paralela con los países panas. De la compra de armas a los rusos, como si Bolívar hubiese dicho que tanques y ametralladoras son nuestras primeras necesidades. De la precariedad del presupuesto de las grandes universidades públicas y de los daños que ocasionará, difíciles de reparar.

De las agallas diplomáticas de la pequeña Guyana ante la pasividad de nuestro gobierno, tan bolivariano y nacionalista. De la Ley de Alquileres, la cual, según los que saben, agravará el déficit de viviendas, aunque de paso  fortalecerá la familia pues, como lo ha señalado Fausto Masó, dificultará los divorcios (será imposible que uno de los cónyuges se vaya a vivir a otro lado). De la Ley de Costos y Precios Justos, nueva expresión del bien intencionado voluntarismo oficial, puesto esta vez al servicio de la economía, que  suele ser terca como mula, sobre todo si es capitalista, como la nuestra a pesar de los embates revolucionarios.  


II.
Perdone Usted, pues, que no le hable de estas cosas y de otras parecidas. Perdone, pero  hoy se inicia la temporada de beisbol profesional. Por fortuna no se cumplieron los vaticinios de ciertos críticos de la recientemente aprobada Ley del Deporte, quienes llegaron a decir, incluso, que se expropiaría al Caracas y al Magallanes (medida, por cierto, que no me habría disgustado del todo, no estaría mal que les pasara lo que a las empresas nacionalizadas). Tampoco se cumplió el vaticinio de que no habría jugadores importados - el control cambiario haría de las suyas - y tendríamos que conformarnos con un espectáculo hecho de novaticos y jugadores Doble A. En fin, gracias al cielo las aves agoreras no siempre aciertan (a pesar de que en esta época la tienen fácil) y el campeonato tendrá lugar según manda la tradición.

Debo, entonces, hablar de la temporada que se inicia hoy, apartarme del país narrado desde la política, el del desacuerdo y la controversia  respecto a casi todo lo que concierne a nuestra sociedad, y dejarme arropar por esa, hoy en día extraña y consoladora sensación de apaciguamiento y normalidad, la que nos deja ver que el la vida venezolana también tiene otros espacios importantes por donde transcurrir, por ejemplo el diamante del terreno de beisbol. Y debo referirme, por sobre todo, a los Tiburones de La Guaira, equipo injusta y arteramente eliminado durante las últimas campañas, del cual soy feligrés y al que, como digo cada vez que puedo, le debo mucho de lo mejor de mi vida. Así, en los próximos meses estaré en el Universitario, el bar más grande de Caracas, como lo definiera el Maestro Cabrujas, quien, aun con sus dudas y traspiés (siempre se las perdonamos) fue también fanático escualo. Prometo, no obstante, mirar de vez en cuando fuera del estadio para ver qué pasa en el otro país.  

EN/OyN


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com