Los días que corren son vivenciales de la Política, que tiene que ver con todo, del Deporte, tan ligado a ella en su cotidianidad, y de la Vinotinto, ahora en el centro de la pasión venezolana convertida hoy en unidad nacional y ajena a la polarización política extrema, con odios y rabias cruzados y sembrados calculadamente desde el alto poder. A propósito de esta racional ligazón, Francisco Valdivieso Arcay nos dice en su presentación del libro Política y Deporte, del profesor Jesús Elorza Garrido (respetado amigo, colega y compañero en la lucha política común): "Tanto el Deporte como la Política son las manifestaciones humanas más universales que existen en la actualidad (...). Sus destinos (...) están irrevocablemente fusionados (...) e indefectiblemente caminarán juntos a través de la Sociedad".

Nosotros agregamos: el Deporte por sí mismo educa y forma al ser humano, física y síquicamente, y ello lo hace con sus enseñanzas; mientras la Política se ocupa de abrir vías para hacerlo posible. El amigo autor del libro plantea "un deporte para todos, concebido como instrumento de educación y formación integral de nuestro pueblo", con su "papel institucional".

Debido al rol cumplido por la Vinotinto en la Copa América Argentina 2011, la pasión deportiva del venezolano se convirtió en una sana y constructiva pasión venezolanista y unitaria, por encima de la ideología política de cada quien. Es como si soñáramos otra realidad, que más temprano que tarde habremos de vivir, con un gobierno cuyo presidente sepa ser un buen padre para toda la familia venezolana.

En todo este proceso de creciente desarrollo y formación de la Vinotinto dos Directores Técnicos, actuantes en tiempos distintos, son merecedores del reconocimiento general: Richard Páez (ayer) y César Farías (hoy).

Nuestro ejemplar equipo de fútbol nos ha dado a todos ciertas enseñanzas, con sus reflexiones, de mucha significación para la Nación entera:

1) Ser respetuosos y hacerse respetar, hasta por los más engreídos.

2) Trabajar con perseverancia, sin impaciencia ni desesperación, por el éxito.

3) Hacer de la superación una obligación fundamental.

4) Cultivar siempre el orden, la disciplina y el colectivismo.

5) Nunca caer en la tentación de la provocación ni provocar a otros.

6) Saber aprovechar en positivo los contratiempos, dificultades y reveses que se tengan y aprender sus lecciones.

7) Convertir los errores en oportunidades para la corrección y la superación.

8) No sentir complejos ni de inferioridad ni de superioridad, con la debida autoestima de cada uno y de todo el Equipo.

9) Practicar individual y colectivamente con los demás la humildad y la sencillez, cualquiera sea el tamaño del éxito logrado.

10) Mantener el Equipo con el mayor sentido familiar posible, tanto en el hacer diario como en las ocasiones especiales.

11) Si luchamos por algo, siempre pensar y sentir que el éxito está cerca.

TC