a, en nombre de la Foundation for Defense of Democracies y columnista de la revista Forbes, se dirige al Presidente Interino de Honduras para sugerirle evaluar algunas opciones ejecutivas de otros países que han logrado “el respeto mutuo y el interés mutuo” del gobierno de Obama  (versión libre al español).

Estimado Presidente Interino: Veamos primero lo que ustedes hicieron. Acudieron a las instituciones judiciales e invocando la Constitución protegieron la democracia de la ruina que les esperaba con Manuel Zelaya como  acólito del presidente Hugo Chávez y anunciaron planes para convocar elecciones presidenciales y legislativas para el 29 de noviembre.

¿En qué estaba usted pensando? Estos planes lo han dejado a usted y a su gobierno interino sin reconocimiento de la administración Obama que denuncia sus actos como “no legales”. Usted no tiene visa para venir a EE UU a argumentar su caso y tampoco pudo asistir a la ONU donde sólo es reconocido Zelaya. Para la Casa Blanca su gobierno no supera el caché de Dalai Lama o del Comité Olímpico Internacional.

Si es simplemente democracia lo que usted busca, lamento informarle que anda por mal camino y no vemos como podemos ayudarlo. Pero, si es poder bruto lo que usted quiere, hay algunas prometedoras opciones que le ofrecemos aquí:

1)   El Método del Mullah Loco
Imaginemos por un momento que su gobierno se las arregla para probar un misil de largo alcance, amenaza a sus países vecinos con borrarlos del mapa, enriquece uranio en bases militares y que sus prácticas electorales incluyen ventajismo, el fraude; encarcela, tortura y asesina a disidentes; entrena y equipa a grupos de terroristas con amplia experiencia en fraudes financieros, explosivos y  secuestros.

¿Qué haría el gobierno de Obama? Conocemos la respuesta porque eso es lo que ha hecho el gobierno de Irán: el presidente Obama ha declinado intervenir en los asuntos internos de Irán, es reacio a la opción militar, sus delegados se sentaron con Irán en Ginebra y  continúa difiriendo nuevas sanciones contra Irán.

Note que el presidente de Irán no sólo obtuvo visa para visitar Nueva York, sino escoltas para que llegara seguro a discurrir en la ONU.

2)   La opción Chávez
Declárese guardián de una nueva revolución popular, lea a Noam Chomsky, hermánese con Siria e Irán, reforme la Constitución para perpetuarse en el poder, golpee y encierre a sus críticos, reclute intelectuales de EE UU o a un director de Hollywood para que haga la crónica de su ordalía para liberar a su pueblo de la dominación del neo-imperialismo.

Esto es lo que hace Zelaya después que ustedes lo patearon, pero note que, pese a algunas reacciones domésticas, le está funcionando bien. Disfruta de la aprobación de la OEA y del Departamento de Estado en el cual figura en la lista como presidente de Honduras. No usted, Zelaya.

Conclusiones:
Francamente hablando usted está quedado. Carece de esa viveza que deja a los prohombres políticos de EE UU con una picazn³n para confrontarse con las cámaras. Pero tenemos confianza que con unos movimientos rápidos usted puede corregir la situación.

Prioridades:
Recomendamos que se embarque rápidamente en un programa nuclear ilícito o al menos dar señales de que parezca que lo está haciendo. Envíe un grupo de funcionarios a Corea del Norte a negociar misiles y comprometa una bien conocida empresa fantasma  de China para cancelar un embarque de armas prohibidas a través de Burma. Monte un par de campos de entrenamiento de terroristas e invite a uno de esos grupos conocidos para que visiten las instalaciones de modo que los satélites de EE UU lo adviertan.

Denuncie a EE UU como corrupto y pronuncie unas cuantas arengas contra Guantánamo y el fracaso del capitalismo. Anuncie que como guardián de la nueva era cultural indígena la revolución exige sus servicios como presidente por el resto de su vida. Cuelgue algunos cuadros del Ché Guevara en su despacho y comience a colocar gigantescos afiches y estatuas con su imagen. Convoque al Consejo de DDHH de la ONU a apoyar su lucha contra el neo-colonialismo y el cambio climático.

Exija miles de millones de dólares a España en reparaciones por las repercusiones de los viajes de Cristóbal Colon en el siglo XVI. Posponga las elecciones y continúe posponiéndolas cada seis meses. Si tiene que hacer elecciones haga fraude y considere invitar a Jimmy Carter para que apruebe los resultados.

En virtud de su larga y tediosa obsesión por una democracia constitucional no le prometemos  que EE UU comerá de inmediato en su mano pero hay un buen chance que en poco tiempo el presidente Obama se la estreche.