Cuando el perro intenta morder al amo, siempre es el perro quien recibe el castigo
Escrito por Alfredo Mago | X: @ElQuijote19   
Jueves, 11 de Diciembre de 2025 00:00

altEn el movimiento sindical venezolano como en la política, se ha hecho común encontrar personajes quienes, investidos de una ignorancia supina,

llegaron a creer  que los ciudadanos de a pie no observaban sus conductas ni conocían sus andanzas. Durante la mal llamada cuarta república, muchos dirigentes sindicales de ideología socialdemócrata y socialcristiana, exhibían una cercanía inusitada o relación de amistad  con sus jefes políticos,  a tal grado que éstos mostraban gestos de indignación cuando un contrario u opositor político, se negaba a reconocer la magnanimidad  de los mismos.

En aquellos momentos, pertenecer a un partido político que formara parte del status quo les generaba a estos “dirigentes” ciertas ventajas,  cuestión que ellos nunca ocultaron  ya que esto les producía estabilidad laboral y cercanía con el poder gobernante.

Con la llegada de la quinta república, y el CNE haber declarado la derrota de sus organizaciones políticas, estos sujetos procedieron a mimetizarse, práctica seguramente aprendida de sus mentores políticos, e inmediatamente procedieron a  actuar  y declararse genuinos militantes de la izquierda venezolana y profundos conocedores del marxismo leninismo, y comenzaron a repetir los cuentos de Fidel Castro y el Che Guevara. Acto seguido procedieron a referirse a quienes ya consideraban sus “iguales” con el término camaradas, mientras que a sus antiguos aliados los llamaron adecos o copellanos, pero de forma despectiva tal como lo habían escuchado de sus nuevos jefes.

Estos cambios los realizaron sin ninguna vergüenza, o culpa, ni de preocupación por el daño que este proceder les pudo haber ocasionado a sus viejos protectores.  

Los trabajadores son conocedores de que ahora los tiempos son otros, y que también son otros quienes les imparten las órdenes y observan nuevamente cómo estos mentecatos  comienzan a recurrir a sus viejas tretas de cambiarse de barco a mitad del rio, pero esta vez cometen el error de subestimar a quienes les dieron de comer durante años, y les han permitido conservar la estabilidad laboral que les proporcionaron quienes en la cuarta república fueron sus guías y modelos a seguir.

Cuando el perro intenta morder a su amo, es el perro quien sufre las consecuencias de ser apaleado o encerrado. Hoy el amo es otro, pero los perros siguen siendo los mismos.

(Después de ojo sacado, no vale santa lucia. Refrán popular español.)


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com