Siempre se ha calificado al agua como el vital líquido, ello es una verdad incontrovertible,

la vida tal como la conocemos está indisolublemente vinculada a ella. El acceso al agua potable es tan importante que está considerado un derecho humano, ya que sin agua no se pueden realizar actividades fundamentales para la vida. Incluso el nivel de desarrollo de un país se puede establecer por las posibilidades de su población a tener agua potable de manera permanente. En Venezuela el acceso al agua potable se ha reducido a niveles dramáticos, en la mayoría de los estados del país se puede apreciar escenas que son propias de países de África, en las que grandes contingentes de seres humanos intentan obtener agua de fuentes poco confiables, empero, no tienen alternativa, ante la carencia total de agua.

El problema del agua no sólo se debe a fenómenos naturales como el cambio climático, sino también a la gigantesca incompetencia gubernamental y desde luego a la corrupción. Hágase las siguientes preguntas y encontrará la raíz del problema de la carencia de agua potable: ¿cuántos embalses se han construido en los últimos 20 años?, ¿cuál es el estado de los embalses construidos antes de la llegada de la sedicente revolución bolivariana? A lo planteado anteriormente se suma la situación de abandono por la que atraviesan los parques nacionales, que son reservorios de las cuencas hídricas. La deforestación de los bosques protectores es un hecho ostensible y recurrente incluso en el área metropolitana cercano a las autoridades, imagínese como será en el interior del país.

En muchas zonas populares que en el pasado el agua era permanente o casi permanente, ahora llega por tubería mensualmente, además lo que llega es un líquido con mucho barro que ni con los días se asienta, por lo que no cumple con las características propias del agua como ser incolora, inodora e insípida. Razón por la que se producen a diario hospitalizaciones no sólo de niños sino también de adultos por el consumo de agua no potable. Incluso en los hospitales el suministro del agua es intermitente. No existen razones estructurales para que un país como el nuestro cruzado de ríos tenga tal carencia, se trata de un asunto estrictamente gubernamental, debido a quienes dirigen un servicio tan importante, estratégico  y vital.

Se planteaba en unos de los puntos del llamado Plan de la Patria, Salvar al planeta, esto más bien parece el eslogan de una tira cómica, empero, como se pretende salvar al planeta si no se ha hecho nada para proteger las cuencas hidrográficas, para fortalecer y cuidar a los parques nacionales, impedir la deforestación y por el contrario se ha  impulsado el proyecto del arco minero que amenaza a todas las cuencas hidrográficas del Caroní. La carencia del agua en muchos países amenaza la existencia humana y aquí vamos no muy lejos de ese camino si no se adoptan medidas para preservar nuestros recursos hídricos que cada día se ven mermados por la indolencia gubernamental a todos los niveles. La conciencia ciudadana también es importante.