Para quien tiene miedo, todo son ruidos
Escrito por Pedro Galvis   
Martes, 22 de Diciembre de 2009 08:16

altAhora resulta que es Marxista, tantas vueltas ideológicas para terminar donde muchos sabíamos que iba a parar, un mal imitador del otro tirano caribeño, Fidel, aquel que negó numerosas veces que su revolución era comunista hasta que se declaró como tal, para empezar a saquear el fruto del trabajo del pueblo y confiscar las empresas de producción, con el pretexto de que explotaban al hombre, porque necesitaban una justificación que limpiara sus felonías, mentira, todo fue una gran mentira.

Han pasado mas de 50 años en Cuba, para evidenciar que “no se puede ayudar a los pequeños, aplastando a los grandes”; así como “no se puede ayudar al pobre, destruyendo al rico”; “ni se puede elevar al asalariado, presionando a quien paga el salario” (Abraham Lincoln); eso es algo que el mundo civilizado comprendió hace mucho tiempo, y hoy sólo manipuladores interesados se niegan a reconocer; porque pretenden conducirnos “al mar de la felicidad” (de los tiranos), pero Venezuela no es Cuba, y Fidel es uno solo.

Este diciembre tenemos varios nuevos instrumentos que repudiar con fuerza: la Ley Orgánica de Participación y Poder Popular; y la Ley Orgánica de Planificación Pública, que consagran al gobierno comunal y las comunas, figuras estas inconstitucionales (por no estar contempladas en la carta magna); que persiguen "borrar" al Estado “capitalista”, modificando el mapa de la República, “desbaratando” sus instituciones fundamentales, cercenando la voluntad popular que eligió sus gobiernos Regionales y Locales, reduciendolos a simples figuras decorativas subordinadas al poder inconstitucional de funcionarios impuestos desde Miraflores, con una legislación que pretende manipular al pueblo ofreciendo mas poder para todos cuando en realidad lo concentra en uno solo.

Por otro lado tenemos la Ley de Propiedad Social, que como hemos advertido anteriormente, es una puñalada a la propiedad privada y al espíritu de superación y capacidad emprendedora del pueblo venezolano, “propiedad social” para seguir engordando al Estado, para continuar regalando los reales del pueblo en el extranjero; “propiedad social” para acabar con el empresariado nacional y favorecer a la nueva Chavoligarquía y a sus banqueros corruptos. “propiedad social” para un gobierno permitió que a pesar de haber acumulado y concentrado mas poder que ningún otro gobierno en la historia, no ha podido resolver los mínimos problemas de la gente en casi 11 años; “propiedad social” para un Estado que ha amparado a un imperio criminal de saqueadores de la riqueza Venezolana y que ahora, al verse descubiertos pretenden tapar la falta con estos polémicos instrumentos, que corresponderá derogar a la nueva Asamblea Nacional; y los diputados y diputadas que traicionan con sus actuaciones y omisiones al pueblo que los eligió sepan, que la justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera.

Esta década será conocida en Venezuela como la gran estafa de la esperanza del pueblo,  después de transcurrir casi 11 años usufructuando las mieles del poder, el jefe de la Chavoligarquía, sabe que no ha logrado aplastar el espíritu libertario del bravo pueblo venezolano, y también sabe que no podrá hacerlo jamás, el idilio con el pueblo que lo hizo gozar de tremenda popularidad se acabó, y ahora conoce que jamás llegará a la meta que en sus años de conspiraciones se trazó, porque nunca nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo, y es que ahora se le nota el miedo en su mirada y en sus reacciones, cuando hasta el revolotear de las guacamayas le asustan, porque para quien tiene miedo, todo son ruidos, que le hace ver “fantasmas invisibles, que se mueven” como confesó en Copenhague.

El Atila caribeño sabe que no fue suficiente seguir las consejas del príncipe Maquiavelo: “Si vale más ser amado que temido, se responde que se quiere ser las dos cosas. Pero como es muy difícil conseguir ambas a la vez, es mucho más seguro ser temido antes que amado”. Y ahora debe saber que: “El que es temido por muchos, debe temer a muchos”; el bravo pueblo venezolano no tolerará en su tierra un poder que pretende hacerse superior a las leyes, bien lo decía Simón Bolívar: “Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado, ese Estado no debería existir; y al fin no existiría”. La Venezuela de la Constitución Bolivariana es libre y siempre se tendrá como tal, no podrá la Asamblea Nacional con su derogación de hecho cambiarlo, porque ejecutando la ley acaba, declaran la tiranía.  

(*): Vicepresidente Organización Un Nuevo Tiempo Anzoátegui
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