Al sentenciar que "la división de poderes es un principio que debilita al Estado" la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Luisa Estela Morales, anunció que la revolución chavista entró en su fase más autoritaria y personalista, con el objetivo único de mantener en el poder a Hugo Chávez que se presenta ahora como el paladín de la honestidad, el hombre que sustancia expedientes en el mejor estilo estalinista, fusilando moralmente a quienes prestaron servicios en el bandidaje revolucionario. Reniega de algunos "pata en el suelo" que aparecieron millonarios de la noche a la mañana, mientras el país se depaupera a una velocidad vertiginosa. Pero, el show presidencial, con ojos nublados y nudo en la garganta, por sus hermanos consanguíneos y hermanos del alma que salieron a relucir en el megaescándalo es una maniobra en aras de su supervivencia. En Estados Unidos se adelantan causas judiciales contra varios "boliburgueses", entre ellos, el empresario "bolivariano" Ricardo Fernández Barrueco, para atacar las redes de traficantes y lavadores que actúan en Colombia y Venezuela. Fernández Barrueco ­según fuentes de inteligencia- estaba negociando con la justicia estadounidense su estatus de testigo protegido para convertirse en colaborador y declarar sobre los dineros que sacó de Venezuela, como testaferro del proceso que adelanta Chávez en Venezuela y confesar sus vínculos con jefes de los cuerpos de seguridad del Estado que están en la mira de importantes agencias de inteligencias del mundo. El Tesoro estadounidense anunció en 2008 sanciones contra altos funcionarios del gobierno venezolano, que afectan al ex ministro Ramón Rodríguez Chacín, al ex director de la Disip, Jesús Rangel Silva y al actual director del DIM, Hugo Carvajal, a quienes acusan de ayudar materialmente con armas, dinero y documentación a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y facilitar el tráfico de drogas.

Presunta fuga El pasado 1º de diciembre, después de permanecer recluido durante veinte días en la Disip, el principal accionista de los bancos Canarias, Bolívar, Pro Vivienda y Confederado, Ricardo Fernández Barrueco, fue trasladado esposado hasta la DIM, donde permanece sin ningún beneficio en un calabozo. La razón del intempestivo traslado desde el Helicoide, donde está el resto de los involucrados en las estafas bancarias, fue por inminente peligro de fuga.

No hay que olvidar que en la pasada gestión de Rodríguez Torres como director de la Disip -2005- se fugó un narcotraficante conocido como "El Boyaco". En el informe que el G-2 cubano le pasó al presidente, se afirma que funcionarios de la Disip facilitarían su fuga, cobrando por su ejecución unos 100 millones de dólares (aunque por la del Boyaco cobraron solo 1 millón). La escapatoria de Fernández Barrueco fue planificada como una operación triangulada, montada por funcionarios de seguridad de Venezuela, Colombia y Estados Unidos. El empresario iba a ser entregado en la frontera, una vez en territorio colombiano sería trasladado a Estados Unidos en calidad de testigo protegido y después de colaborar en el juicio sería resguardado con identidad falsa. En vez de aclarar los graves hechos que sustancia la justicia estadounidense y evitar ser acusado de narcogobierno, el presidente ha organizado como coartada una de sus purgas y siguiendo las directrices de Fidel Castro se dispone a dar un golpe maestro y sacrificar a un miembro de la cúpula militar comprometido con las FARC y el narcotráfico, para despejar cualquier duda de su complicidad y salir de tremendo atolladero.

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