Muammar Gaddafi y el cuello ensangrentado
Escrito por Alexander Cambero   
Lunes, 28 de Septiembre de 2009 22:26

altLa orden del Libertador pende del cuello de un fratricida. El inefable Hugo Chávez frías, presidente constitucional de la república Bolivariana de Venezuela, acaba de honrar al mandatario libio Muammar Gaddafi, de la máxima distinción

que otorga el pais, para aquellos hombres y mujeres que han contribuido con el desarrollo de la humanidad en sus distintos órdenes. 

Los huesos de sus victimas deben retumbar en el desierto. Premiar al ángel de la muerte con el emblema de un portento de libertad, es desfigurar la obra de Simón Bolívar,  así como una traición a la patria, por parte de quien desgobierna desde Miraflores. 

Muammar Gaddafi, tiene cuarenta años de ultrajes. Es un verdadero verdugo que fue liquidando a sus victimas hasta dejar a Libia convertida en un verdadero cementerio; miles de sus connacionales fueron perdiendo su vida bajo la égida del  terror. Por lo que honrar al lóbrego  personaje es un insulto contra la civilización. Sería como premiar al cuchillo que rebana la garganta del inocente. 


Poco valor debe tener para Hugo Chávez, la epopeya de nuestros libertadores. Confundir la emancipación americana con la actitud bandolera y demencial de Kadafi y su posterior sometimiento, vuelve a demostrar el carácter mediocre del primer mandatario nacional. 


La orden del Libertador se llenó de renacuajos; quizás del cuello esmirriado del patriarca libio, salten con regocijo los gusanos hinchados de los muertos de Lockerbie, aquellos doscientos setenta inocentes que murieron calcinados por una acción dirigida por el homenajeado del gobierno bolivariano. Un hecho que demostró el espíritu criminal del invitado especial del gobierno revolucionario.  
No contento con entregar la orden del Libertador, Hugo Chávez le obsequió una réplica de la espada de Simón Bolívar.  


¡Cuantas réplicas de la espada del Libertador, en manos de forajidos¡  mayor ofensa contra la historia venezolana no puede haber. Sólo quien carezca de algún rasgo de sindéresis, puede cometer semejante exabrupto. Es un premio que convierte al infierno en la  sede de los reconocimientos. Allá, entre el chirriar de las pailas, Adolfo Hitler y Mussolini, deben entender que su reconocimiento debe estar en alguna de las próximas alocuciones presidenciales. Quizás en el nuevo despertar de la historia Hugo Chávez, terminará culpando a los judíos de su propia muerte. Seguramente es un invento del imperio norteamericano todos aquellos que perecieron en el holocausto; hace poco decía que el 11 de abril, y la explosión en las torres fue una estrategia del CIA para desviar la atención.
La inmensa lista de genocidas universales, espera su reconocimiento bolivariano. Si Muammar Gaddafi y los otros homicidas africanos, ahora son héroes dignos del reconocimiento. Seguramente los pasajeros del infierno: Idi Amin, Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Mao Tse Tung, Manuel Marulanda Vélez  etc. Tendrán la posibilidad  de su cuarto de hora de aplausos y fama. Aquí los grandes ejemplos son los tiranos.

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