Antes que nada, quiero decir que qué bueno que somos venezolanos, consumistas, comprones y con "espíritu" de ascenso social. En la práctica, cierto racimo de ideas pegajosas como estética social, están muy lejos de ser contenido significativo en las cabezas de los venezolanos. Esas cosas como "socialismo bolivariano" sólo serán estética de poder en Venezuela y en Latinoamérica también. Al hablar de la estética de poder nos estamos refiriendo a cierta representación colectiva formada por dos capas; una la que se dice y otra la que se piensa. Una diputada de nuestra República se hospedaba en un "caro" hotel de la zona más turística en Venezuela.

Uno podría pensar lo que muchos obstinados opositores del Gobierno dirían de primeras; ¿por qué no está durmiendo en una enramada en algún pueblito de pescadores?, o ¿por qué no cambia esas bolsas de conocidas cadenas de ropa femenina (nada made in Venezuela) por las cocadas que ahora alguna conocida gerente de este Gobierno se empeña en meternos por los ojos para que dejemos ese consumo yanqui de los hot dogs? De verdad, ¿será mejor que los venezolanos estuviésemos divididos en dos grandes polos de cultura que nos haga imposible comunicarnos, que no nos permita entendernos que nos haga dos colectivos intransigentes y extraños?

La dualidad sociocultural que se nos ha enseñado desde hace unos años para acá, obliga a quienes apoyan el poder actual a manejarse en una clave estética que nada tiene que ver con sus aspiraciones y motivaciones.

El gran problema es que introduciendo la variable económica tal cual están las cosas en el país, cada vez es menos posible que la población venezolana logre cubrir sus aspiraciones y en parte, esto es responsabilidad de quien mandando sólo construye país para su familia y no para el país.

Cuando uno ve a la diputada en cuestión; no se molesta porque le guste lo que le gusta, sino porque se está mandando tan pero tan mal que cada vez son menos los venezolanos que pueden hacer lo que ella hace. Terminamos viendo una minoría asociada al poder que opera como una élite que necesita ocultarse y renegar de lo único que hacen, que es comprensible para el resto de los venezolanos; las aspiraciones materiales.

(*): Socióloga