Economía, negociación y ambiente
Escrito por Roselyn Kristen R. | @kristenroselyn   
Domingo, 17 de Noviembre de 2019 00:00

alt¿Cómo describirías la relación entre “economía” y “ambiente” ?, ¿son opuestas la rentabilidad empresarial y la conservación ambiental?. 

Las noticias sobre cambio climático y las diferentes formas de contaminación nos describen a un ser humano cuyos intereses económicos parecieran antagónicos a la conservación ambiental. Las reacciones políticas a favor o contra la búsqueda de soluciones a este fenómeno climático configuran un escenario polarizado con actores con poca disposición de dialogo en aras de sus intereses comunes. Este escenario de polarización comprende a actores de visión anti-capitalista (por parte de algunos ambientalistas) y a determinados sectores políticos o económicos indiferentes o con negaciones de los riesgos de la contaminación ambiental o de las crecientes limitaciones de la disponibilidad de los recursos naturales.

Como todos los escenarios de polarización, estas diatribas sobre las transformaciones de los medios de producción y la sostenibilidad ambiental plantean retos de comunicación en aras de acuerdos favorables para todos los actores. El alcance de estos retos de comunicación requiere en principio la disposición de identificar las coincidencias de los intereses de los negociadores. Las creencias sobre la imposibilidad de sostenibilidad ambiental del capitalismo, o referentes a una baja rentabilidad de la economía verde ameritan revisión frente a fenómenos que las desmienten, tales como, la reutilización de los recursos en la producción de bienes y servicios.  

En este sentido, resulta ilustrativa la mención de los incentivos empresariales y ambientales de la economía circular. Esta última “consiste en un ciclo continuo de desarrollo positivo que conserva y mejora el capital natural, optimiza el uso de los recursos y minimiza los riesgos del sistema al gestionar una cantidad finita de existencias y unos flujos renovables” (Fundación Ellen Mac Arthur). Esta optimización del uso de los recursos (a través de su regeneración o reparación) permite a las empresas ahorro de costos de inversión y el incremento de su eficiencia (uso de menos insumos) favoreciendo la rentabilidad.

Desde esta perspectiva, el término “circular” es empleado por los promotores del “capitalismo natural” en oposición al sistema económico lineal (producción y consumo de bienes y servicios) que inició con la Revolución Industrial. La invención de la máquina de vapor por Thomas Savery en 1684 permitió al ser humano la producción masiva de bienes en un entorno de ilimitados recursos (materia prima, energía, etc). Esta transformación tecnológica inició un modelo económico lineal de “tomar, hacer y desechar” grandes cantidades de energía, de recursos baratos y de fácil acceso. Este modelo económico perdura en la actualidad sin un uso eficiente de los recursos en un escenario donde estos últimos se tornan limitados. 

La Fundación Ellen Mac Arthur considera como circular al sistema económico que reúne las siguientes características: 

  • Diseño sin residuos

Los componentes de los productos son diseñados con “el fin de adaptarse dentro de un ciclo de materiales biológicos o técnicos, en aras de su posterior desmontaje y readaptación”. Esta forma de diseño de los productos previene la existencia de residuos a través del compostaje de los materiales biológicos (los cuales, no deben ser tóxicos) y de la reutilización de los elementos técnicos (polímeros, aleaciones y otros materiales artificiales) con mínima cantidad de energía y máxima retención de la calidad. En este último aspecto de la economía circular se diferencia de la forma habitual del reciclaje, la cual, consiste en el retorno del componente como materia prima en bruto con una reducción de la calidad. 

  • Aumento de la resiliencia por medio de la diversidad. 
  • Uso de energías renovables. 
  • Pensar en “sistemas”: la Fundación Ellen Mac Arthur define esta característica como “la capacidad de comprender cómo influyen entre sí las partes dentro de un todo y la relación del todo con las partes”. Entiéndase “sistemas circulares” interdependientes tomando en cuenta el entorno ambiental y social.  
  • Pensar en cascadas: aspira extraer el valor adicional de los materiales a través de diferentes fases de un proceso, por ejemplo, el aprovechamiento de las ventajas de las etapas de la descomposición de los compuestos orgánicos. 

La adopción de los principios de la economía circular ha permitido a empresas trasnacionales (tales como, CHEP, Danone, Renault, Unilever, entre otras) la reducción de toneladas de dióxido de carbono y un importante incremento de la eficiencia a través de la regeneración y restauración de los componentes orgánicos e inorgánicos de sus productos. Estas transformaciones de los sistemas de producción empresarial respondieron a la comprensión del alto costo de adaptación tardía a las exigencias de sostenibilidad ambiental en un entorno medio ambiental global con menos recursos y fuentes de energías no renovables. Es una de las razones que ha motivado al sector empresarial chino a la inversión más grandes en energías alternativas y a una cuantiosa emisión de bonos verdes.  Uno de los principales retos empresariales del siglo XXI presupone desde esta perspectiva la visión y el aprovechamiento de los incentivos de la economía verde como un “real business”. 

 

     

 

                        


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