Tegucigalpa.- “Las Fuerzas Armadas venezolanas jamás obedecerán una orden ilegítima de invadir a un país hermano y querido como lo es Honduras”, garantizaron ayer las autoridades de la Unión de Organizaciones Democráticas de América, UnoAmérica, quienes reconocieron oficialmente al gobierno de Roberto Micheletti.
“Las Fuerzas Armadas venezolanas tienen su origen en una acción de desprendimiento y de generosidad deliberada de otros pueblos en América Latina o de participar o colaborar en la liberación de otros pueblos”, dijo el presidente de UnoAmérica, Alejandro Peña Esclusa.

El presidente de UnoAmérica, Alejandro Peña Esclusa, junto a Jaime Arturo Restrepo, cuando garantizaba que las Fuerzas Armadas de su país no se prestarán a una invasión en Honduras.


Peña Esclusa se expresó en esos términos ante la consulta de la prensa sobre el rumor, que tropas militares venezolanas se estarían preparando para invadir a Honduras, con el propósito de restituir a la fuerza al depuesto presidente Manuel Zelaya.

Manifestó que las Fuerzas Armadas de su país aún mantienen vigentes los principios y valores inculcados por el gran libertador, Simón Bolivar, “a pesar de que el señor Chávez los ha querido destruir, pero aún no lo ha logrado”, anotó.

“No tengan temor jamás, a que un militar venezolano ponga su pie en Honduras sin ser  invitado para un tipo de actividad diplomática, académica, un intercambio entre camaradas militares, pero jamás para invadir”, aseveró.

Peña llegó a Casa de Gobierno la tarde de ayer en compañía de Jaime Arturo Restrepo, otro dirigente de UnoAmérica, una de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), más grandes y con mayor credibilidad en América Latina.

Los funcionarios se reunieron con el Presidente Micheletti por un lapso de dos horas, tiempo mediante el cual le hicieron saber su posición de respaldo a su gobierno, constituido en base a una sucesión presidencial el pasado 28 de junio.

Los dirigentes de la ONG le reiteraron su postura, la cual se expresa en un comunicado fechado el 29 de junio, que indica que “en Honduras no se ha producido un golpe de Estado sino una sucesión constitucional, perfectamente legítima, luego del intento del ex presidente Manuel Zelaya de violar la Carta Magna y de perpetuarse en el poder, siguiendo el mandato de Hugo Chávez”.

El documento señala que las Fuerzas Armadas de Honduras se limitaron a obedecer un mandato judicial, que las obliga a restablecer el orden constitucional, demostrando así su subordinación al poder civil.