Desde hace tiempo la deriva autoritaria en Nicaragua se ha profundizado de manera ostensible ante la inacción

de la comunidad internacional, los primeros síntomas se manifestaron con la inhabilitación política contra los opositores, esta es una arma muy usada por los regímenes autoritarios para impedir cualquier posibilidad de ser desalojados del poder a través de elecciones.

Naciones Unidas ha concluido después de las investigaciones pertinentes que la pareja Presidencial de Daniel Ortega y Rosario Murillo quienes dirigen la satrapía que oprime al pueblo nicaragüense, han cometido crímenes de lesa humanidad, estos se profundizaron a partir de 2018 cuando se intensificaron las manifestaciones contra la tiranía en el poder. El informe recoge datos escalofriantes de las acciones criminales cometidas contra la sociedad civil, entre las que se encuentran ejecuciones extrajudiciales, cerca de 340 fallecidos por las manifestaciones entre abril-octubre 2018, además de torturas, desapariciones forzadas,   violaciones y otros delitos sexuales cometidos contra los manifestantes entre muchas otras vulneraciones de los derechos humanos.

Los crímenes de lesa humanidad han sido cometidos por los organismos represivos del régimen, empero, también han participado los grupos parapoliciales integrados por afectos al régimen. Esta es una de las características de los regímenes autoritarios, crean grupos paramilitares y parapoliciales para reprimir, someter e intimidar a los opositores, no puede olvidarse como nació el Fascismo, el Nacionalsocialismo, los CDR cubanos, los Batallones de la Dignidad del Tirano Noriega, entre muchos otros.

Se ha visto como la deriva autoritaria en Nicaragua, no sólo ha inhabilitado a candidatos presidenciales y los ha encarcelado, también ha clausurado instituciones como la Academia de la Lengua, La Asociación de Escritores, así como ONGS, iglesias cristianas evangélicas y cualquier institución que no muestre su lealtad cerval( o complicidad) con la pareja presidencial.

Como todo autócrata Ortega se cree dueño de Nicaragua por esa razón destierra a los opositores y le quita la nacionalidad, eso ocurrió recientemente con los 222 presos políticos enviados a Estados Unidos, empero, ya hay cerca de 317 en la misma situación. Además del destierro perpetuo estos opositores son inhabilitados para ejercer cargos políticos de por vida. Naciones Unidas ha solicitado sanciones legales y económicas contra la camarilla que dirige la satrapía que mantiene secuestrado al pueblo de Sandino y de Rubén Darío, ojalá se tomen medidas enérgicas para que Nicaragua sea un país libre de la tiranía.