Recientemente hemos visto como en Nicaragua se profundiza la deriva autoritaria y se conduce a su sociedad

a un retroceso acelerado hacia la barbarie. Un solo individuo apoyado en la fuerza bruta y la represión a todo nivel tiraniza a todo un pueblo, es lo que ocurre en Nicaragua donde Daniel Ortega ha instaurado una tiranía, un régimen de terror que sofoca a sangre y fuego cualquier intento, aunque sea mínimo, por alcanzar espacios de libertad.

Este régimen comenzó por encarcelar a cualquier político que aspirara a la presidencia del país con opción de ganar desde luego, y posteriormente se ha empeñado en clausurar e incautar los bienes de la mayoría de las Organizaciones no Gubernamentales (ONG), es tanto así que ya van cerca de cuatrocientas cuarenta incluyendo algunas de ayuda humanitaria, incluso se han reportado en lo que va de este año unas noventa y seis. El pretexto para justificar esta razia represiva que tiene un carácter masivo es que supuestamente estas organizaciones conspiran contra el régimen de Ortega, pretexto ya conocido y manido usado por todos estos tipos de regímenes.

El régimen de Ortega no tiene nada que envidiarle al de Somoza que también era una tiranía y fue combatido para lograr un sistema distinto y ahora los que combatían a Somoza se comportan peor que este tirano. Las dictaduras persiguen a los pensadores, por ello en estos gobiernos están en constante peligro los intelectuales, los artistas y todo aquel que se atreva a disentir. Desde luego estos regímenes también cuentan con sus plumíferos turiferarios que avalan, con su supuesta inteligencia, todos los desmanes cometidos por los que han alquilado su pluma muchas veces por montos irrisorios y otras sólo por el deseo abyecto de adular.

Nos puede causar indignación, pero no sorpresa que el régimen auto denominado Sandinista de Nicaragua haya decidido cerrar la Academia de la Lengua de Nicaragua acusando a sus miembros de conspiradores, y castigando a la corporación porque entre sus académicos se encuentra un opositor que ahora está exiliado en España. Esta institución académica fue fundada en 1918 y fue miembro de ella el ilustre poeta Rubén Darío entre otras figuras importantes de las letras nicaragüenses.

La barbarie se incrementa en este país hermano y no importa que deba eliminarse si con ello se cercena la crítica y la disidencia el desacuerdo, retrocede así este país a épocas coloniales en las que sólo mencionar la palabra libertad era un delito que se pagaba caro. No debemos olvidar que en los gobiernos autoritarios está prohibido pensar, pensar es altamente subversivo y por ello se castiga de modo ejemplarizante a los que se atreven hacerlo.

George Orwell plantea en su célebre obra 1984 que en los regímenes totalitarios o autoritarios que aquellos que se atreven a pensar con considerados criminales del pensamiento y existe una categoría para ellos, son calificados comocrimentales, es decir, personas que piensan libremente y están en contra de sus opresores, eso ocurre en Nicaragua.