Estamos próximos a cumplir dos años en el ejercicio del gobierno en Anzoátegui, y es propicia la hora para reflexionar sobre lo que hemos hecho

y cómo lo hemos hecho; es el momento de echar la mirada atrás y ver el camino recorrido, para luego volver a colocar la vista en el porvenir. 

Cuando arribamos a la Gobernación de Anzoátegui veníamos cargados de grandes expectativas, sueños, proyectos y planes para hacer del estado un polo de desarrollo de toda la nación. Veníamos con grandes ideas para grandes infraestructuras, para grandes cambios en favor de la calidad de vida de los anzoatiguenses. 

Cuando nos embarcamos en el reto de gobernar al estado, queríamos hacer lo mismo que realizamos en la Alcaldía de Cantaura, pero elevado a 1000%. No obstante nos topamos con una realidad totalmente adversa. 

La majestad de la Gobernación de Anzoátegui no existía. Si, la larga lista de gobiernos rojos destruyó al poder ejecutivo de la entidad, solo nos dejaron el despojo de lo que algún día fue la Gobernación. 

Hasta las instalaciones del llamado Palacio de Los Jardines desdecía su nombre, ya que no habían jardines, ni mucho menos aquellas oficinas destartaladas podían tener el calificativo de “palacio”. Este fue el primer golpe que recibimos. 

Además, el presupuesto que nos entregaron era puras y simples migajas. Luego, en los dos presupuestos siguientes, los diputados del Consejo Legislativo del estado Anzoátegui, dominados por el Psuv, torpedearon más nuestra administración al reconducir, por dos años seguidos, el presupuesto lo que indica que hemos gobernado con los mismos montos del año 2017. 

Aunado a las reconducciones presupuestarias, decididas por los diputados solo movidos por el interés partidista y sin importarles los ciudadanos,  se le debe sumar los altísimos niveles de inflación que ha sufrido la nación y la repercusión negativa de la reconversión monetaria. 

Y, como si todo esto fuera poco, desde Caracas se inventaron aquello del Tabulador Nacional, con lo cual golpearon más a nuestra gestión. 

A pesar de todo, nunca nos rendimos, nunca tiramos la toalla. Frente a la falta de presupuesto entablamos relaciones estratégicas con aliados, con organizaciones no gubernamentales, con fundaciones, con entes como la Organización Mundial de la Salud, con Organización Panamericana de la Salud y mucho más. 

Cuando nos tocó tomar la decisión, no dudamos. Decidimos invertir todos los esfuerzos, todas las acciones en un objetivo estratégico: Salvar Vidas. 

Entramos a los hospitales, a los ambulatorios, creamos el programa de La Caravana de la Salud, afianzamos las políticas de fumigación y vacunación, y ahora estamos ideando y poniendo en movimientos los nuevos planes como: Asistencia para la Vida, Operación Anteojitos y la Operación Sonrisa. 

Y, más allá del área de salud, pusimos en movimiento otros programas como las Cuadrillas Tapa Huecos, la Operación de Limpieza de Anzoátegui, la famosa OLA, la Operación Lucerito, para asfaltar, limpiar e iluminar los sectores bajo el plan táctico de Comunidades para la Vida. 

Sí, han sido dos años de obstáculos, de contratiempos, de ataques, sin embargo aquí estamos respondiendo con hechos, aquí estamos gerenciando en tiempos de crisis, gobernando con visión estratégica… Y, con fe, seguimos en movimiento.