De las vacilaciones del diputado Roscio (breve ensayo histórico)
Escrito por Luis Barragán | X: @luisbarraganj   
Domingo, 18 de Diciembre de 2022 08:03

altNuestro proceso independentista también partió de la disputa entre los distintos referentes políticos para influirlo

y orientarlo, planteado desde la perspectiva del pensamiento político por el Dr. Luis Daniel Perrone, quien ha disertado en torno a cinco escuelas teóricas y metodológicas: la de Cambridge, apegada al contexto de cada época; la conceptualista, afianzada por las definiciones esgrimidas por los actores, generalizadas hasta temporalizarse, o proyectarse hacia el futuro; la de la lectura, respecto al acceso y la interpretación de los textos; la atántica,  determinando la influencia de los autores situados en o aledaños al océano Atlántico;  y  puede agregarse la de Los Chaguaramos, combinando las anteriores, propia del “Grupo de investigaciones obre conceptos y lenguajes políticos”  (Escuela de Estudios Políticos y Administrativos / UCV). Luego, al constatar que las profundas dudas manifestadas por Juan Germán Roscio para apoyar la declaración de la independencia absoluta, en la sesión del 03/07/1811, rectificando dos días después, pudiera generar y genera confusión, apelamos principalmente a la denominada escuela de lectura.

 

1.-  Uso público de la razón

Abierta sus sesiones desde marzo de 1811, el Congreso General de Venezuela supo de una rica discusión en torno al proyecto constitucional y a la declaratoria de la independencia absoluta. No obstante, la corporación estuvo también condicionada por una vigorosa opinión pública, entendiendo por tal las polémicas de calle, de los medios de prensa y la agitación de los diferentes clubes políticos, siendo la Sociedad Patriótica el más sentido.

De “amenaza jacobina” se ha tildado las actuaciones de la Sociedad Patriótica y, aunque tal declaratoria no dependió de ella, como se ha creído, conformada una decisión política tras las afanosas discusiones del cuerpo constituyente [LEAL CURIEL, 2019: 347, 417], creemos que ejerció una importante presión, fruto de la movilización de sus barras y la agitación de las ideas. En el marco de lo que podemos concebir como una campaña de descrédito de la monarquía, a favor de una consciencia republicana, la independencia gana definiciones e importancia, incluso, entre quienes no sabían leer ni escribir, deslizándonos hacia la escuela de la lectura y uno de sus más destacados representantes, Roger Chartier, al prestarle “atención a cómo los actores políticos leyeron e interpretaron los materiales que tuvieron a la mano” [PERRONE, 2022: 4].

Ciertamente, como lo expresó en su exposición el Dr. Perrone, por entonces era frecuente la lectura colectiva que suscitaba la atención de una importante audiencia esencialmente constituida por analfabetos que, así, se informaban en plazas, pulperías, tertulias privadas, etc., adquiriendo nociones básicas en torno a los más urgentes problemas políticos, planteada la conservación de los derechos de Fernando VII que evolucionó hacia la independencia absoluta. Nada casual, proyectada hacia el océano Atlántico, ocurre en Venezuela algo semejante a la Francia revolucionaria al evidenciarse un uso público de la razón o entendimiento, aunque leer no se traduce inmediatamente en creer, por lo que el panfletarismo asocia lo peor a la corona y plantea alternativas que combustionan la agitación [CHARTIER, 1991: 96 ss., 102, 133 ss.].

Juan Germán Roscio, además de activo diputado al Congreso General, fue autor del reglamento electoral que le dio origen al cuerpo constituyente. Destacado intelectual, estudió a fondo las opciones de un republicanismo del cual estaba convencido, pero incurrió en el traspié de vacilar en una decisiva sesión anterior a la que declaró la independencia absoluta

2.- Traspié y rectificación

Roscio es un referente importante del Congreso General y, por ello, llama poderosamente la atención una postura tan dubitativa, como la exhibida en la sesión del 03/07/1811 que contrasta con el ambiente generalizado y tan favorable a la independencia absoluta, en una pugna de la emergente consciencia republicana y la monárquica que desean desplazar.  Se ha de sentir la presión de los distintos clubes políticos, destacando la más agresiva de la Sociedad Patriótica, alrededor de cruciales definiciones aportadas al debate constituyente y que se extienden más allá del salón de sesiones.

El tribuno argumentará la falta de recursos y de armas, como la posibilidad del levantamiento de un pueblo ignorante, creyendo aconsejable postergar la declaración independentista. Rectificará en la determinante sesión del 05/07/1811, sin que objete esa tal declaratoria, aunque sus vacilaciones perduraron más en la memoria que el gesto de prudencia que deseo transmitir  [PERRONE, 2017: 96, 98 s., 106].

Prudencia que no lo descalificó como portador de un esmerado republicanismo católico, tan afín al clásico en contraste con  el comercial, manejando una teoría original respecto a la implantación y sostenimiento de la República por las virtudes y sus efectos [PERRONE, 2017. 50, 71].  Hubo el traspié político, pero no alcanzó a desacreditar a quien era un convencido republicano, cuyas ideas estaban en el ambiente dado el fenómeno generalizado de la lectura colectiva.

Además, arguyó que somos independientes porque ya había desaparecido la monarquía, por ausencia y abdicación de los Borbón [PERRONE, 2017. 78 ss., 83 ss.].  Premisa ésta que ciertamente contrastará con las dudas albergadas por quienes, ahora, no tienen respuesta para la pérdida de la llamada Primera República.

3.- Conclusiones

Acrecentada la consciencia republicana frente a la monárquica, en mucho abonó la lectura colectiva de la Venezuela de entonces.  Y cabalmente se expresó en el debate continuo del Congreso General que desembocó en la declaración de nuestra independencia absoluta. 

El prestigioso diputado Juan Germán Roscio incurrió en un traspié político al vacilar públicamente sobre tal declaratoria en la sesión del 03/07/1811, rectificando dos después, posiblemente por la presión sostenida de los clubes políticos, especialmente la Sociedad Patriótica. Y, aunque perduraron en la memoria sus vacilaciones, no mermó la credibilidad del convencido republicano.


REFERENCIAS

CHARTIER, Roger (1991) “Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII. Los orígenes culturales de la Revolución Francesa”. Gedisa Editorial. Barcelona, 2003. 

LEAL CURIEL, Carole (2019) “La primera revolución de Caracas, 1808-1812: Del juntismo a la independencia absoluta”. Abediciones, Caracas.

PERRONE, Luis Daniel (2017) “Veredas de libertad e igualdad: Expresiones del pensamiento político y social de Juan Germán Roscio (1797-1818)”. Fundación BanCaribe – Academia Nacional de la Historia, Caracas.

PERRONE, Luis Daniel (2022) “La disputa de la independencia. Una visión desde la historia del pensamiento político (1810-1830)”. UPEL-Fundación Rómulo Betancourt. Caracas, 22/11.


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