Cine: “El Gran Concierto”
Escrito por Iván R. Méndez | X: @ivanxcaracas   
Jueves, 03 de Febrero de 2011 17:32

altContadas veces podemos disfrutar de una obertura como “El Gran Concierto”  (Le concert, Francia, 2009), Tchaikovsky, sátira y política: ¡una combinación explosiva!


Tres décadas han pasado desde que el comunismo implosionó en la antigua URSS. El país anda en paz, pero un poco patas arriba como lo muestra la escena inicial, con un obrero de limpieza simulando dirigir la orquesta del Bolshoi… Esos segundos nos hacen sonreír, el director rumano Radu Mihaileanu (1958) los calculó muy bien, antes de hacernos degustar, en tono de sátira, la terrible realidad: ese limpiapisos es nada menos que Andrei Filipov, director de la orquesta 30 años atrás y degradado a “nada” por su empeño de no despedir a los músicos judíos. Sí, aquí puedes llorar si te conmueves fácil por estas atrocidades preservadas por la historia, pero esa no es la intención de Radu, quien presenta una picaresca rusa que a ratos nos hace evocar al báltico, a las joyas consignadas por Emil Kusturica…

La historia
Filipov (magistralmente interpretado por Alexei Guskov) toma un fax de la bandeja de entrada en la oficina del prepotente nuevo director del Bolshoi, y el contenido es una invitacion al Bolshoi para tocar en el famoso Teatro Châtelet de París. El obrero habla con su mejor amigo, Sacha Grossman (Dmitry Nazarov) y deciden reagrupar a sus amigos degradados para interpretar el “Concierto para violín y orquesta” de Tchaikovsky usurpando al Bolshoi actual. Para lograrlo, cuentan con   la ayuda de Ivan Gavrilov, el ex KGB que los apresó hace tres décadas (encuentro que es un elogio a la amistad, que trasciende a las  ideologías de utilería), ahora un estupendo lobbysta listo para lidiar con la burocracia cultural francesa, de paso no menos corrupta.

Las agendas

“El Gran Concierto” puede describirse como “realismo mágico sostenido”, pues las peripecias de los personajes desbordan el humor del espectador: en una destartalada ambulancia (con enfermos adentro) recorren Moscú a la búsqueda de instrumentos y de músicos ya jubilados o empobrecidos; un gitano (violinista virtuoso) les consigue uniformes usados para la orquesta con unos primos parisinos, que los alquilan para bodas, pero antes, en pleno aeropuerto, les venden pasaportes falsificados, con visas falsas impresas en la entrada de la terminal… Pero hay más, al llegar a París cada músico se transforma en emprendedor y empieza un matatigrismo como nunca hemos visto en Venezuela: taxistas, falsificadores, empresa de mudanzas vendedores de teléfonos piratas y, la carcajada máxima, Ivan Gavrilov reuniendo las sobras del partido comunista francés para proclamar el nuevo ascenso del Comunismo, usando una bandera de 1966 (claro, en Venezuela muchos no se ríen, pues vivimos la amarga comedia del gobierno revolucionario que intenta levantarlo).

La hija perdida
En París, el Bolshoi bizarro, por llamarlo de alguna manera, compartirá escenario con la violinista más famosa del mundo: Anne-Marie Jacquet (encarnada por la bellísima Mélanie Laurent, a quien antes vimos en “Inglourious Basterds”), celosamente vigilada por su nana, que a todas luces esconde un secreto, del cual recibiremos señales falsas, trampas y, finalmente, una respuesta en clave de finísimo humor dramático.

Anécdotas de la producción

  • Mélanie recibió clases de violín con Sarah Nemtanu primer violín de la Orquesta Nacional Francesa, el trabajo no fue fácil pues la actriz es zurda y tuvo que aprender a tomar el arco con la mano derecha, pues el violín es el único instrumento que no se puede invertir.
  • El director asegura, y con mucha razón,  que la música es el alma del filme (si la ves pirata te pierdes el 80% del film), la banda sonora abarca desde obras sinfónicas y modernas, así como notas gitanas y canciones rusas litúrgicas, soviéticas y contemporáneas.
  • Mihaileanu decidió evitar el idioma ingles y mantener los idiomas originales en la cinta, el ruso y francés, además que mantuvo un marcado acento en los rusos que hablan el idioma galo.



altFicha técnica
Director: Radu Mihaileanu
Actores: Andrey Simonovich Filipov, Mélanie Laurent, Valeriy Barinov, Miou-Miou, Aleksey Guskov, François Berléand
Guión: Radu Mihaileanu sobre idea original de Héctor Cabello Reyes y Thierry Degrandi.
Música original: Armand Amar
Productora: Oï Oï Oï Productions, Les Productions du Trésor, France 3 Cinéma
Locaciones: Francia, Italia, Rumania, Bélgica y Rusia
Duración: 119 min


Cinco estrellas
Aún me pregunto porqué esta obra magistral no recibió el Globo de Oro 2011 como mejor película extranjera, pues su sostenido manejo del humor, su elegante guión para denunciar el desatino del comunismo y sus magistrales actuaciones hacen de “El Gran Concierto” la mejor opción en cartelera en este temprano 2011…

Se estrena este viernes 04 de febrero, lo cual parece una “metasátira”, digo, en plena celebración dionisíaca del fallido intento de golpe de estado por nuestros retro-revolucionarios podremos reirnos a pierna suelta del comunismo superado gracias al ingenio humano, esta vez representado por la música.

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Twitter: @ivanxcaracas










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