La sovietización de Guayana |
Escrito por Trino Márquez C. | X: @trinomarquezc |
Miércoles, 13 de Agosto de 2014 17:51 |
La sovietización de Guayana
Trino Márquez
Damián Prat, periodista del Correo del Caroní, se convirtió en un investigador implacable de los desmanes cometidos por los rojos en las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). En sus denuncias abundan datos acerca del saqueo que han perpetrado, las volteretas que han dado para destruir la gerencia y la meritocracia que ese emporio industrial formó durante más de cuatro décadas, la improvisación que domina y la forma como el PSUV, ni siquiera el Gobierno o el Estado, se adueñó de las quince empresas que conforman el conglomerado. Sus estudios son rigurosos. Ampliamente documentados. Al régimen no le ha quedado más camino que rumiar su indignación y amenazar al periodista. No puede rebatirlo. Las cifras son elocuentes e irrefutables.
Cuando el Comandante asumió el poder, la mayoría de esas empresas producían ganancias, algunas muy modestas, pero, al menos, no generaban pérdidas al Fisco. Sus balances estaban impresos en tinta negra. Tres lustros más tarde, los números son rojos. En la CVG el régimen ha realizado los experimentos más lunáticos. El primer Presidente que tuvo fue Carlos Lanz, un señor que no sabía distinguir entre una barra de aluminio y un balón de futbol; además, estaba intoxicado por las tesis comunistas de Marx, Mao Zedong y Ernesto Guevara. Su propósito inicial se dirigió a acabar con la “división capitalista del trabajo” –basada en las jerarquías y la especialización de la fuerza laboral- para sustituirla por la “división socialista del trabajo” –fundada en la horizontalidad y movilidad de los trabajadores-, de acuerdo con el esquema que trataron de imponer Mao y Guevara en China y Cuba, respectivamente. El resultado fue desastroso. Se rompieron las líneas de mando, indispensables para mantener la producción y las altas tasas de productividad que esas industrias requieren. El maoísmo de Lanz fue tan nocivo que Chávez se vio obligado a destituirlo, antes de que terminara de acabar con lo poco que quedaba.
De allí en adelante ha predominado el caos y la bancarrota. Las empresas nunca han podido recuperarse. Del maoguevarismo se pasó a la sovietización del holding industrial. El PSUV se adueñó de la CVG. La convirtió, al igual que PDVSA, en una prolongación del partido. Trato de recomponer la gerencia, pero bajo la tutela del partido rojo. El presupuesto de la agrupación y el de la CVG son la misma cosa. La “segunda independencia” nacional, proclamada por el régimen, que tenía en Guayana a uno de sus ejes, se evaporó producto de la corrupción, el sectarismo y la incompetencia. Los trabajadores de SIDOR conforman la línea de resistencia y oposición a ese modelo de destrucción.
Lo que ha ocurrido en Guayana no puede ser calificado de capitalismo de Estado o mercantilismo. Para que exista capitalismo de Estado no basta con que el sector público sea el dueño de las empresas. Esta es una condición, pero no es la única. También es necesario que esas industrias o empresas, por “básicas” que sean, respeten las leyes del mercado y trabajen de acuerdo con patrones de calidad, productividad y eficiencia comunes a cualquier negocio. En Taiwán y en Corea del Sur hubo capitalismo de Estado muy fuerte, que progresivamente fue desmantelándose. El Estado le transfirió la inmensa mayoría de sus activos al sector privado. Taiwán, por ejemplo, por razones de seguridad nacional, ha conservado los astilleros. Es su “empresa básica”, solo que trabaja con tales niveles de eficiencia y calidad, que países vecinos y empresas privadas de navegación marítima, mandan a construir grandes barcos en esos astilleros estatales.
En la CVG no se ha impuesto el capitalismo de Estado, sino el sovietismo, forma perversa de estatización que arruina las empresas porque las politiza, las partidiza y las convierte en caja chica del Gobierno y del partido oficial. Las empresas no trabajan para generar beneficios y autofinanciarse, sino que operan como un mecanismo de distribución de la renta estatal. Los sindicatos oficialistas han formado parte de la destrucción. Por fortuna, existen sindicatos opositores que se han dado cuenta de que este camino conduce a la parálisis y ruina total. Ven los ejemplos de la Mitsubishi y Helados Efe, donde los sindicatos actuaron como factores destructivos contra la clase obrera. Las lecciones en Guayana han venido acompañadas de plomo, gas del bueno y represión, única fórmula pedagógica que conocen los comunistas.
@trinomarquezc
En sus denuncias abundan datos acerca del saqueo que han perpetrado, las volteretas que han dado para destruir la gerencia y la meritocracia que ese emporio industrial formó durante más de cuatro décadas, la improvisación que domina y la forma como el PSUV, ni siquiera el Gobierno o el Estado, se adueñó de las quince empresas que conforman el conglomerado. Sus estudios son rigurosos. Ampliamente documentados. Al régimen no le ha quedado más camino que rumiar su indignación y amenazar al periodista. No puede rebatirlo. Las cifras son elocuentes e irrefutables. Cuando el Comandante asumió el poder, la mayoría de esas empresas producían ganancias, algunas muy modestas, pero, al menos, no generaban pérdidas al Fisco. Sus balances estaban impresos en tinta negra. Tres lustros más tarde, los números son rojos. En la CVG el régimen ha realizado los experimentos más lunáticos. El primer Presidente que tuvo fue Carlos Lanz, un señor que no sabía distinguir entre una barra de aluminio y un balón de futbol; además, estaba intoxicado por las tesis comunistas de Marx, Mao Zedong y Ernesto Guevara. Su propósito inicial se dirigió a acabar con la “división capitalista del trabajo” –basada en las jerarquías y la especialización de la fuerza laboral- para sustituirla por la “división socialista del trabajo” –fundada en la horizontalidad y movilidad de los trabajadores-, de acuerdo con el esquema que trataron de imponer Mao y Guevara en China y Cuba, respectivamente. El resultado fue desastroso. Se rompieron las líneas de mando, indispensables para mantener la producción y las altas tasas de productividad que esas industrias requieren. El maoísmo de Lanz fue tan nocivo que Chávez se vio obligado a destituirlo, antes de que terminara de acabar con lo poco que quedaba. De allí en adelante ha predominado el caos y la bancarrota. Las empresas nunca han podido recuperarse. Del maoguevarismo se pasó a la sovietización del holding industrial. El PSUV se adueñó de la CVG. La convirtió, al igual que PDVSA, en una prolongación del partido. Trato de recomponer la gerencia, pero bajo la tutela del partido rojo. El presupuesto de la agrupación y el de la CVG son la misma cosa. La “segunda independencia” nacional, proclamada por el régimen, que tenía en Guayana a uno de sus ejes, se evaporó producto de la corrupción, el sectarismo y la incompetencia. Los trabajadores de SIDOR conforman la línea de resistencia y oposición a ese modelo de destrucción. Lo que ha ocurrido en Guayana no puede ser calificado de capitalismo de Estado o mercantilismo. Para que exista capitalismo de Estado no basta con que el sector público sea el dueño de las empresas. Esta es una condición, pero no es la única. También es necesario que esas industrias o empresas, por “básicas” que sean, respeten las leyes del mercado y trabajen de acuerdo con patrones de calidad, productividad y eficiencia comunes a cualquier negocio. En Taiwán y en Corea del Sur hubo capitalismo de Estado muy fuerte, que progresivamente fue desmantelándose. El Estado le transfirió la inmensa mayoría de sus activos al sector privado. Taiwán, por ejemplo, por razones de seguridad nacional, ha conservado los astilleros. Es su “empresa básica”, solo que trabaja con tales niveles de eficiencia y calidad, que países vecinos y empresas privadas de navegación marítima, mandan a construir grandes barcos en esos astilleros estatales. En la CVG no se ha impuesto el capitalismo de Estado, sino el sovietismo, forma perversa de estatización que arruina las empresas porque las politiza, las partidiza y las convierte en caja chica del Gobierno y del partido oficial. Las empresas no trabajan para generar beneficios y autofinanciarse, sino que operan como un mecanismo de distribución de la renta estatal. Los sindicatos oficialistas han formado parte de la destrucción. Por fortuna, existen sindicatos opositores que se han dado cuenta de que este camino conduce a la parálisis y ruina total. Ven los ejemplos de la Mitsubishi y Helados Efe, donde los sindicatos actuaron como factores destructivos contra la clase obrera. Las lecciones en Guayana han venido acompañadas de plomo, gas del bueno y represión, única fórmula pedagógica que conocen los comunistas. @trinomarquezc |
Vnet lanza Pley, un streaming que cambia las reglas del juegoVnet, la empresa de telecomunicaciones 100% venezolana, fundada hace 16 años, presentó en Fitelven 2025 Pley, una nueva plataforma de entretenimiento digital de ultima generación. |
Simple conecta a Venezuela con tecnología de vanguardiaSimple participará en Fitelven 2025 (Feria Internacional de Telecomunicaciones de Venezuela) del 17 al 21 de septiembre en el Poliedro de Caracas. |
Suiche 7B: Pago móvil NFC ya está disponibleEl pago móvil ha transformado radicalmente la manera en que se manejan las transacciones financieras. |
R4 presenta sus soluciones de cobro digital en FitelvenR4 Banco Microfinanciero C.A. se une a la tercera edición de la Feria Internacional de Telecomunicaciones de Venezuela (Fitelven) para presentar su innovador ecosistema digital financiero. |
Bancaribe presenta resultados sólidos en su Asamblea General de Accionistas A- A A+En sesión ordinaria celebrada el 11 de septiembre, la Asamblea General de Accionistas de Bancaribe, presidida por Juan Carlos Dao, aprobó el Informe de Gestión, |
Preocupaciones que esgrimen esperanzasMucho se habla de “política”. Desde conceptos que exaltan su praxis, hasta aquellos que la impugna por impasible, injuriosa o insidiosa. |
China y el fin de la Segunda Guerra MundialUna vez más expresamos nuestro asombro ante la inauguración en Caracas de un segundo monumento sobre la Segunda Guerra Mundial al cumplirse 80 años del fin de la misma |
Donald Trump ante el asesinato de Charlie KirkDurante el siglo XXI, Estados Unidos se ha convertido en una nación cada vez más violenta. |
Día Mundial de la PazEl domingo 21 de septiembre es el Día Mundial de la Paz, así lo celebra desde 1982 la Organización de las Naciones Unidas y en 1999, aprobó la Declaración |
El legado de Grases en VenezuelaEl título del presente artículo corresponde al de un libro que contiene varios trabajos en los cuales se destacan los aportes realizados por este gran intelectual |
Siganos en