| De la guerra avisada que … mata soldados |
| Escrito por Luis Barragán | X: @luisbarraganj |
| Lunes, 25 de Marzo de 2013 08:34 |
El oficialismo está empeñado en el allanamiento de la inmunidad de tres parlamentarios de la oposición, a quienes fustigó y juzgó en una larga y tormentosa sesión plenaria,
por cierto, tal como lo había anunciado. Esbozando futuras intenciones, no ha dejado de recordarlo para intimidar o intentar intimidar al resto de las fracciones de oposición que lucen – por decir lo menos – despreocupadas, con las excepciones de rigor, incluyendo – naturalmente - a los propios afectados.Hay individualidades que manifiestan su inquietud y propósito de responder al problema, indagando sobre la naturaleza, características y alcances de la indispensable institución, añadidas las diligencias correspondientes para la defensa de la inmunidad parlamentaria. No obstante, como un todo, la bancada opositora transmite – por decir lo menos – una mezcla de miedo con indiferencia, generalizando una impresión de parálisis ante la inminencia de todos los peligros que tienen por único conjuro, el triunfo electoral de Capriles. Lejos de detallar y enjuiciar las circunstancias que los produjeron, la sola posibilidad de allanar o el efectivo allanamiento de la inmunidad de los parlamentarios marxistas, a principios de los sesenta, generó una campaña no sólo en su defensa, sino en la de la institución que hoy no tiene equivalente, quizá porque la noticia ha de competir con otras de semejante urgencia e importancia en esa trama calculada de saturación de la opinión pública; a lo mejor, porque no hay una identificación plena y cohesión eficaz de los diputados de oposición; o probablemente, porque ha llegado tan lejos el desconocimiento de lo que hace y legítima a la Asamblea Nacional, que avisar de la pertinencia de la inmunidad requiere de mayor tiempo, compromiso y profundidad como lo exige toda campaña de pedagogía ciudadana. Lo cierto es que muy pocos discuten sobre el problema, no hay escenario popular donde encuentre nido, ni un estrado académico que lo haga centro de su curiosidad e interés. Harto avisada, la Semana Santa es un pretexto para sacar la nariz fuera del agua a sabiendas de la guerra que vendrá, como complemento siniestro de la campaña electoral. Descuidados, luce irremediable suscribir el presente texto para alertar a los más confiados. @luisbarraganj |
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