Bob Dylan : ¿Un Premio Nobel para la Música , o música para la Literatura?
Escrito por Jordán Quintero (educador)   
Viernes, 14 de Octubre de 2016 05:19

altTal vez para recientes generaciones interesadas en mover la cintura y beber (… mucha agua) el nombre de Bob Dylan  y su obra sea otro nombre más en la rebatiña

de unos premios que dan mucho dinero, y que por estos predios todos lo pronunciamos como si fuera un premio novel (de “nuevo”) pese a que ya alcanzan los 115 años de su entrega anual.

Aunque se ha descrito a Dylan como una de las figuras más influyentes del siglo XX tanto en lo musical como en lo cultural, y de él se ha dicho que es “un maestro, poeta cáustico y crítico social de intrépido espíritu guía de contracultura” , lo cierto es que – como a lo largo de sus entrevista lo sostiene—él nunca quiso componer para hacer revoluciones , sin creer en academicismos, tan sólo llevado por sus ideas con la motivación de “cantar lo que pienso, y evocar como cualquiera” en un diálogo consigo mismo sin imponer per-se su manera de pensar, mucho menos de cantar.

Apenas pasó un año por la universidad la que pronto desdeñó para cambiarla por lo que le enseñaba y acompañaba: su guitarra, en búsqueda afanosa le llevó a leer con avidez a otros escritores que resultaron su norte, tales como Lord Byron, John Keats, Edgar Allan Poe, Francois Villon, Gregorio Corso y Allen Ginsberg , entre muchos otros; lo cierto es que su curso de vida artística nunca fue (o ha sido) linealmente recto, pues su inspiración ha tocado tópicos muy variados pasando por la espiritualidad, lo divino, lo hondamente humano, las luces y  lo sombrío, hasta pasar recientemente por su admiración por otros compositores como Johnny Mercer, Harold Arlen, Sammy Cohn y Carol Leigh, y la voz de Frank Sinatra  como lo hecho en sus dos más recientes álbumes “Shadows in the Night” (2015) y “Fallen Angels” (2016), donde a temas tan archiconocidos como “All or Nothing at All” de Arthur Altman y Jack Laurence (de 1939), o “It had to be You” de Isham Jones y Gus Kahn (1924) con su particular nasal estilo de cantar les da un nuevo respiro, y que según él mismo expresó le trae sin cuidado lo que opine la prensa , la crítica o el público, considerando que a lo largo de su extensa carrera siempre ha hecho lo que se le ocurra, ya provoque aplausos, vítores o abucheos.

Su intelectualidad va mucho más allá de la lista de éxitos “por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción” ha expresado el boletín oficial de los Premios Nobel /nobél/ “quien durante más de 50 años ha seguido actuando y reinventándose a sí mismo, creando una nueva identidad” .  Muy cierto, pues se ha reinventado varias veces creando una tipología que otros músicos han sabido leer para deslastrarse de una identidad falsa, almidonada, en búsqueda de autenticidad y sin moldes, tal como pasó cuando en una visita a Inglaterra tuvo la oportunidad y la gentileza de platicar  por extenso con The Beatles aupándolos a dejar las cancioncitas de amor por un enfoque más realista y humanamente crítico.  “Dylan forjó una coherente y original voz y visión artística sobre las bases del Folk, Blues, Country, R&B, Gospel y el Rock and Roll en una obra con la belleza, el poder  del impacto y el consuelo de una poesía simbolista, modernista y beat , del surrealismo y el dadaísmo  donde la jerga y el comentario social, en su legado de sofisticación verbal atrae la atención de la crítica literaria”  ha escrito Marqusee en su artículo “Wicked Messenger”, al punto de compararlo con Eliot, Keats y Tennyson; de allí que el poeta británico Andrew Motion haya sugerido que las letras de Bob Dylan deben estudiarse en la escuela. Tampoco hay que olvidar que este “músico” fue nominado varias veces – casi consecutivas—al Premio Nobel de Literatura, quien en 2008 recibió el Premio Pulitzer “por su profundo impacto en la música popular , marcado por sus composiciones líricas de extraordinario poder poético”.

Que sus letras (léase poesía) sean más escuchadas (y cantadas) que leídas no implica que no sea un poeta quien usa como soporte (y pretexto) a la música, quizá de manera muy primitiva (desde sus inicios) aunque su sonido, su gangosa voz no haya sido imitada por muchos. ¡Claro que sí !, es un músico, pero el Nobel que recibe no es por eso , sino porque escribe! El mismo Dylan ha dicho mucho antes que sería estúpido lanzar un álbum instrumental con sus temas . He allí la razón más diamantina de estimar a Bob Dylan (Robert Allen Zimmerman, Duluth, Minnesota, Estados Unidos, 24 de Mayo 1941) como un poeta en su tinta, con un soporte, con el pretexto de la música  como su estandarte más discutible pues su música no es enrevesada ni tampoco de avanzada, más bien fácil y hasta elemental.

En su poesía , muy ignorada por estos lares debido a la barrera idiomática y su semántica, tiene que pasar por el tamiz de la cadencia, por la dualidad de ser quien la canta, empuñando una guitarra y encandilado por las luces y un público que lo aclama, haciendo con sus letras un aporte para replantear estructuras líricas en la sintaxis del anglosajón en busca de nuevas maneras de la expresión estética,  pero a un lado queda el encuadernado, se salva del número de página, la decorosa ortografía, el tiraje de tal edición, la corrección de estilo , a cambio de una oralidad que nos devuelve a los orígenes del romancero quien de plaza en plaza, disco a disco, nos plantea el mejor escuchar.  
                                                                                


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com