Cumbre en Margarita
Escrito por Ricardo Bello   
Lunes, 28 de Septiembre de 2009 09:16

altPara el común de los mortales, para los ciudadanos de a pie, la II Cumbre América del Sur-Africa (ASA) tuvo connotaciones muy distintas a la de sus promotores o integrantes. Algunos de estos Jefes de Estado llevan más de cuarenta años gobernando como es el caso de Muamar Kadafi, Presidente de Libia, un país que durante décadas se mantuvo como principal promotor del terrorismo en Africa, ayudando a las facciones más violentas del Ejército Rojo, la OLP y el IRA, hasta que fue bombardeado a finales de los ochenta por navíos de guerra de los Estados Unidos en represalia a un ataque sufrido en Europa. Kadafi se calmó un poco, pero continúa en el poder, esa sempiterna afición de los dirigentes africanos por seguir como Presidentes, independientemente de lo que desean sus conciudadanos. Pero ese es otro tema. Quería referirme al ambiente en la Isla, de la cual acabo de regresar, pero no del ambiente político, ni del sol o la lluvia sino el del común de la gente, los que no viven del gobierno ni trabajan en Alcaldías.

El Gobernador declaró la jornada del viernes 26 como Día no Laborable, un día festivo para que la gente pudiera estar en la calle apoyando a los Jefes de Estado presentes en la Cumbre. Ser un Gobernador de oposición es difícil, quizás no le quedó otro remedio a Morel que escuchar alguna sugerencia de nuestro Presidente en ese sentido y así se hizo. Lo cual fue motivo para que muchas delegaciones, tal como lo reseñó la prensa margariteña, pudieran visitar el Sambil con un mínimo de público y sin tráfico en el camino. El venezolano aprovechó para irse a la playa. El aeropuerto internacional Santiago Mariño pasó varios días congestionado, pues lo cerraban sin previo aviso cada vez que llegaba alguna delegación, al punto que por precaución las autoridades remolcaron todos los carros particulares que estaban en el Estacionamiento, no fuera haber alguna bomba en uno de ellos. El viernes suspendieron las travesías de Ferrys: mucha gente quedó varada sin poder viajar, ni a Cumaná o Puerto La Cruz, o desde estos destinos a la Isla, pues aparentemente el Coronel Kadafi llegaba en barco y procedió a instalarse en una carpa en los jardines de uno de los principales hoteles. Se veían carpas rojas del Psuv, sobre todo en las carreteras transitadas por las delegaciones oficiales y cuando éstas cruzaban los Municipios donde los rojos pudieron derrotar en las urnas a los opositores, al no ponerse de acuerdo sus dirigentes y presentar tres y hasta cuatro candidatos. La historia de siempre, la vergöenza de estos políticos de pacotilla que piensan en sí mismos antes del bienestar nacional o local. Afortunadamente la Gobernación le pertenece a la oposición, al haberse alcanzado la unidad en las elecciones. Los opositores hubiesen barrido en las Alcaldías, pero la lección sigue ahí, sin ser asimilada. Otro dato curioso: los taxistas, los buhoneros en la playa, los dueños de restaurantes, los mesoneros y dueños de kioscos de comida, siguen siendo en su mayoría adecos. Al menos eso fue lo que pude escuchar, al consultar sus opiniones a cuánto se atreviera a hablar de política con un desconocido.

La Cumbre le trajo indudablemente sus beneficios a la Isla: arreglaron los huecos en la calle, cambiaron los bombillos quemados en los postes de alumbrado, pintaron algunas piedritas a orillas del camino, recogieron la basura y lanzaron la fuerza pública a la calle para prevenir la acción de cualquier malandro irreverente. Fuera de ese maquillaje, totalmente necesario y tardío, la Cumbre pasó desapercibida.

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