Un buen amigo me recomendó el libro “Teoría General  de la Dictadura” del joven colega mexicano Juan Federico Arriola.  La obra contiene importantes “Reflexiones sobre el ejercicio del poder y las libertades políticas” y la he leído con especial detenimiento e interés por las circunstancias difíciles que atraviesa nuestro país. Redactada de una manera sobria,  académica, y con abundantes fuentes de consulta, el libro  es de lectura  indispensable para abogados constitucionalistas, políticos profesionales, comunicadores  y opinadores  porque aclara magisterialmente los conceptos de fascismo, militarismo, totalitarismo, nazismo, absolutismo, y dictadura, con todas sus vertientes a través de la historia. 

A medida que iba avanzando en su lectura, sentía una identificación plena con las situaciones políticas de abuso de poder y de irrespeto a la voluntad popular que estamos viviendo en Venezuela en los últimos años. Cito una conclusión demoledora: “Las dictaduras modernas son inmorales, aunque algunas digan defender causas nobles y justas… Al violar los derechos humanos, las autocracias demuestran que no tienen sustento ético. Si las libertades publicas de los gobernados quedan asfixiadas por el ejercicio dictatorial, resulta lógico pensar que esta clase de gobiernos, con mito y todo, pretenden ser fin en si mismos.  No debemos confundir dictadura y energía gubernamental. Todo régimen necesita firmeza para lograr el equilibrio, pero si no hay freno en la voluntad del poder, la energía se convierte o mas bien, degenera en practicas abusivas.”    (Pag.36) 

Recordé a los presos políticos y a los políticos presos. “Pensar bajo un régimen dictatorial, es un ejercicio muy peligroso. Algunos sufren el exilio, pero otros tanto la tortura, el secuestro, la cárcel, la constante humillación… Pienso, luego exilio,  resulta la dramática persecución de que son victimas los que se atreven a pensaren en forma  critica” (Pág. 37)Simmonovis, Lázaro Forero, Mazuco, el joven Rivas, los Poleo, y muchos otros, se ven retratados en estas páginas, sin ser mencionados.  El libro impreso en Mayo de 2008 obviamente no recoge los desvaríos totalitarios de nuestro presidente ni la radicalización revolucionaria desde el pasado Noviembre. Al referirse a Chávez, reconoce que la amistad de este con Fidel Castro nulifica su imagen democrática. Reconoce que en nuestro país “la ingobernabilidad es tan evidente como la necesidad del militar de mantenerse en el poder” (Pág. 186).

Concluyo con una invitación del mismo autor: “Es obligación de todo ser humano  que esta tentación (dictadura) no nos arrastre otra vez al abismo. La libertad y la memoria podrían evitarlo”. Ojala todos seamos capaces de entender la gravedad de la situación política por la  que estamos atravesando y dejemos de lado los intereses mezquinos  y circunstanciales para comprometernos de una vez por todas con los valores universales de libertad y democracia.