Ahora sí se subió la gata a la batea. Por fin se aclaró la duda: todo el armamento que está comprando Venezuela es para enfrentar al “imperio” yanqui. Así lo dejó bien claro el presidente de Venezuela ante millones de espectadores del programa de Larry King en CNN. Efectivamente, ante las recientes compras de armamento por parte de Venezuela, surgió la pregunta de oro, la que esperaba todo el mundo del destacado entrevistador: “¿Qué países le amenazan (a Venezuela) y le puede agredir?”, a lo que Chávez ha contestado nítidamente: “el Imperio”. Se escuchó muy claro. Créalo, Venezuela se está armando con equipos militares rusos para una posible guerra convencional (es decir, tanques contra tanques, aviones contra aviones, misiles contra misiles) contra el “imperio” yanqui. ¡Vaya, Vaya!

Pero para mayor asombro mundial, minutos antes había invitado a Barak Obama, el presidente del “imperio” que nos está amenazando, a visitar Venezuela, reiterando que desea tener excelentes relaciones “con este gran país”, es decir, con el imperio. ¿Entonces? ¿Vamos o no vamos a la guerra?

Las hipótesis de la guerra
¿Cuáles serían las razones por las cuales Estados Unidos invadiría a Venezuela?

Hipótesis uno: Venezuela es un país socialista.
Eso no es motivo para una invasión. China y Vietnam son socialistas, y las relaciones entre éstos y los Estados Unidos están en su mejor momento, para no hablar de gobiernos como el de España, Chile, y Brasil. Y con Cuba, la tendencia es a mejorar  las relaciones. Hipótesis descartada.

Hipótesis dos (la más manejada por el gobierno del presidente Chávez): Venezuela es el país con las mayores reservas petroleras del mundo, y eso es vital para los intereses de los Estados Unidos, y por eso estamos en la mira. 

Esa es una afirmación ridícula en el siglo XXI. Los Estados Unidos resolverán su crisis energética a punta de nuevas tecnologías. El esquema de las invasiones para adueñarse de materias primas perteneció al siglo pasado. Hoy los Estados Unidos, así como los europeos, tienen acceso a todo el petróleo que deseen, y pagan sin rechistar los precios más especulativos que jamás hayamos visto. Venezuela es un buen ejemplo. El presidente Chávez, negó ante los espectadores de CNN que vaya a cortarse el suministro de petróleo a EE.UU: “Es un negocio”, dijo, “si no lo hice cuando Bush, mucho menos ahora”. Con esta afirmación, Hugo Chávez le ha dado una soberana patada a su propia hipótesis de guerra. 

Pero digamos que Venezuela decidiese no venderle más petróleo a USA, por las razones que sean. Pues bien,  los gringos lo buscarán en el nuevo coloso mundial del petróleo: Brasil. Y serán los brasileros quienes harán el mejor negocio de su vida a costa de una estúpida estrategia petrolera de vender nuestro petróleo a China –por ejemplo- afectando los intereses de Venezuela, pues el flete de los buques a una distancia tan lejana lo pagará Venezuela y no los chinos. Es Venezuela quien voluntariamente se estaría haciendo al “haraquiri”, abandonando el mejor mercado del mundo para nuestros intereses como nación. Pero las estrategias sin sentido del gobierno de Venezuela en contra de un imperio que ya no existe, nos está llevando a comprar un armamento chatarra.

El derroche y la ridiculez se fueron de compras
Aquí el único que ha cazado una pelea indebida y a destiempo con los Estados Unidos ha sido Hugo Chávez. Llegó al gobierno con un prejuicio obsoleto respecto a Estados Unidos (mucho antes del 11 de abril). Durante la tragedia de Vargas vimos los primeros escarceos contra el "imperio". ¿Qué los gringos están reaccionando (lo dije bien: REACCIONANDO) ante Chávez? Es cierto. ¿Y que en consecuencia se están valiendo de Colombia? También es cierto. Y también es cierto que las bases que están instalando en Colombia tienen múltiples propósitos, entre ellos mantener vigilado muy de cerca a un gobernante que tiene mucho dinero y que se está entrometiendo en todos los países de América Latina ¿Alguien se atreve a negarlo? He allí las consecuencias de una política exterior equivocada que nos puede llevar de manera irresponsable a una tragedia internacional. 

¿Cómo es que Venezuela va a gastar 6 mil millones de dólares en armas, cuando nuestros hospitales y la Misión Barrio Adentro están en terapia intensiva, cuando dos tercios de nuestras escuelas están en condiciones precarias, cuando a los venezolanos los matan como perros en las calles? Esa compra de armas es obscena y sólo beneficia a los rusos. Estamos comprando chatarra. ¿De quién pensamos defendernos con esa futura chatarra militar? ¿De Colombia, de Brasil, de Estados Unidos? Aquí el derroche y la ridiculez se dieron la mano definitivamente.  
Muy acertado estuvo el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, cuando denunció ante la ONU que los países de Latinoamérica gastan 60 mil millones de dólares anuales en armas para "combatir enemigos imaginarios". Asimismo insistió en que los ejércitos en la región "no han servido más que para dar golpes de Estado", oprimiendo al pueblo en lugar de protegerlo. Y el de Venezuela ni siquiera ha servido para dar golpes de estado.

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