El verdadero Eleazar Díaz Rangel
Escrito por Isa Dobles   
Domingo, 23 de Agosto de 2009 09:41

altMe he paseado por todos los sentimientos desde que Eleazar Díaz Rangel asumió su protagónico papel chavista, aún conociendo y hasta confrontando en otros tiempos diferencias de estilo ideológico, reconociendo su lucha por nuestra profesión y respetando el prestigio que ha tenido como formador en esta difícil lucha. Nos conocimos personalmente, asi de tú a tú, tarde en la vida.

Cuando Chávez comenzó con sus locuras y arrebatos, Eleazar llegaba a mi casa preocupado, la idea de que este hombre violento, amenazante, se llevara el sueño izquierdista, lo tirara irresponsablemente al pipote de la basura, nos hizo unirnos con otros venezolanos en un frente de reflexión y prevención de cualquier desatino que pusiera en juego la democracia. Aquí en mi casa compartimos preocupaciones por evidencias que tocaban comunicadores viviendo ya días sombríos que auguraban lo que hoy sufrimos. Yo descubrí un Eleazar Díaz Rangel que no conocía.

Las coincidencias por lo que siempre habíamos luchado afianzaron la amistad. Pasaron los días y las cosas. Y hoy veo a este Eleazar Díaz Rangel, al verdadero, al que a lo mejor ni él conocía, justificando de manera miserable el ataque contra su misma gente, nosotros, los periodistas, tan pequeño, tan vil, que me sentí ultrajada, traicionada, porque ya no pueden haber más Eleazares después de desnudarse así frente a Venezuela… tal vez los que atacaron "no sabían que ellos eran periodistas”…

¡Pero qué vileza, qué pobre diablo cualquier director de medios, cualquier académico, cualquier venezolano que hoy tome esa posición frente a los que defienden la libertad y sus derechos titubeante, impersonal! ¡Qué pena ajena con Eleazar! ¡Qué diferencia con un Guillermo Zuloaga, un Ravel, un Obel Mejía! Y me pregunto… ¿Es que es suficiente que un teniente coronel todo poderoso lo nombre a uno tres o cuatro veces para traicionarse así? ¿Es que dirigir un medio complaciente es suficiente para hacer este papelón frente a un gremio que lo respetaba? ¿Es que es suficiente vivir cómodo, ligero de necesidades económicas para convertir en desprecio ese respeto?

Yo sé cómo es mi país, vivo para luchar por los principios de mis padres que quiero, para los hijos de Venezuela sin distinción alguna.

Y así me voy a morir sin casa propia, con muebles de hace cuarenta y cinco años y un Corsita de nueve años destrozado dos veces por los mismos que hoy atacaron a los periodistas “que no sabían que eran”. Y arriesgándome a que me asfixien con bombas estaré con ellos cada vez que pueda. Porque lo que yo tengo de mi país no lo quiero perder nunca. ¡Ay, Eleazar! ¡Qué lástima contigo!


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com