A principios de junio del presente año, la carabobeña Danimar Peña sufrió un percance al encontrarse en la mina "Arangay",

al norte del territorio esequibano. Una presunta riña personal derivó en la amputación de su brazo, por obra de un ciudadano guyanés. 

Territorio en reclamación adentro, el suceso no movió a las autoridades, y la experiencia se hizo todavía vmás amarga  para la venezolana que sintió el desprecio inmerecido de los guyaneses, aún tratándose de un caso como el comentado. Afortunadamente, llegó a un hospital de Georgestown, siendo atendida por los médicos, aunque el trato en general fue inadecuado, por decir lo menos.

La denuncia pública la ha hecho Mi Mapa Incluye Nuestro Esequibo y su coordinador general, Jorge Luis Fuguet,  inmediatamente nos remitió la información disponible. Es natural que del caso sepa la Asamblea Nacional y, así, lo llevamos a la Comisión Permanente de Familia que esta semana recibirá al diligente Lic. Fuguet.
 

Dicha Comisión ha de ventilar el caso en el marco de la suerte que corre la familia venezolana en la diáspora, materia de importantes bemoles respecto a quienes se van y quienes se quedan, los menores de edad,  las faenas de supervivencia, etc. Asunto nada secundario, hay y habrá un impacto considerable e insospechado de un exilio venezolano que no tiene precedentes. 

Lo ocurrido en la vecina Guyana y las manifestaciones de xenofobia, ha de tratarse con responsabilidad. Optamos por acudir a la Comisión de Familia, preocupados por la familia venezolana y sus actuales o Inminentes transformaciones, aunque el caso puede ser remitido a comisiones como la Mixta del Esequibo o la Permanente de Política Exterior que establezca las responsabilidades del caso, respecto a nuestro personal diplomático y consular. Empero, ya compartimos nuestra inquietud favorable a la conformación de una comisión especial o mixta relacionada con la familia en la diáspora.