En esta columna hemos versado mucho sobre el papel de los ciudadanos, sobre el rol de cada uno de nosotros para el mejoramiento continuo de nuestras ciudades,

hemos hablado de cómo debemos participar, de cómo debemos organizarnos, de cómo debemos sumarnos al desarrollo armónico y sostenible de nuestras comunidades, sin embargo, existe un factor que determina la facilidad de este proceso: La información transparente. 

Mientras cada uno de nosotros, como ciudadanos, tengamos a disposición más información sobre las acciones que adelante el poder público municipal, más fácil será involucrarnos en los asuntos que nos competen como vecinos, como residentes, de una localidad puntual. 

La libre información y la transparencia de ésta son vitales para que podamos crecer como ciudad, para que cada uno de nosotros sea un factor veedor, contralor y propulsor de las acciones de mejoramiento permanente de la ciudad. 

Es por esto, que en el plano internacional se ha insistido mucho en que los distintos niveles de gobierno, haciendo énfasis en el área local, se creen canales para que los ciudadanos sepan qué está haciendo el gobierno, cómo lo está haciendo y por qué lo están haciendo. 

Ya sean las alcaldías en Venezuela, las presidencias municipales en México, las comunas de Chile, los cantones de Costa Rica, el concejo distrital de Perú o los ayuntamientos de España, éstos entes deben mantener una comunicación permanente con los ciudadanos, tienen que rendir cuentas de lo que han hecho y cómo lo han hecho. 

La información es esencial, porque a través de esta cada uno de nosotros podemos exigirle a los gobernantes, que son de hecho empleados de todos los ciudadanos, que respondan sobre tal o cual punto de interés colectivo o común. 

Cuando un espacio de decisión, sea la alcaldía o en escalones más elevados, esconde información, o simplemente la niega, está actuando de forma antidemocrática, está violando los derechos de los ciudadanos y está fomentando el antivalor de la pasividad de los gobernados. 

He aquí la importancia de saber cuáles son los derechos de los ciudadanos, cuáles son los límites del poder político ya sea ejecutivo y/o legislativo, y entender la real importancia de cada ciudadano en el desarrollo permanente de la ciudad, de su progreso, de su optimización y reimpulso, el papel de nosotros en construir el futuro y en la consecución de lograr el bien común.

Exijamos la información oportuna de cada acción, decisión y obra de los gobernantes. Es nuestro derecho.  Y recuerden que sin el aporte de lo mejor de nosotros, como ciudadanos, tampoco será posible alcanzar calidad de vida y la ciudad que nos merecemos para vivir bien.