Curarse en salud
Escrito por Juan Carlos Apitz   
Sábado, 21 de Noviembre de 2009 21:03

altExiste una creciente preocupación en la sociedad venezolana sobre la situación de la salud en nuestro país. La salud es la angustia existencial primaria del ser humano.
El Gobierno nacional reconoció recientemente que el sistema sanitario se encuentra "en emergencia", ya que más de 2.000 módulos de Barrio Adentro, los centros de atención primaria en zonas populares y uno de los "proyectos bandera" de la revolución, están "abandonados".

A la par, médicos, enfermeras, empleados y obreros de hospitales públicos de Caracas y otras grandes ciudades del interior han salido a demandar mejoras salariales y a reclamar por la falta de inversión en la infraestructura sanitaria y por problemas de inseguridad ciudadana incluso en el interior de los propios centros hospitalarios. También existen trágicas historias de pacientes que son "ruleteados" (ir de hospital en hospital) por falta de camas, insumos o galenos, a veces con consecuencias mortales.

En el Hospital de Lídice Jesús Yerena, en el oeste de Caracas, pacientes en lista de espera cerraron las puertas la pasada semana hasta ser atendidos, y el personal se sumó a las críticas denunciando que sólo tienen 6 anestesiólogos de los 23 requeridos.

Ahora bien, un sistema de salud debe garantizar la cobertura y calidad de los servicios a las personas por causas de enfermedad o mortalidad. Esto es especialmente crítico cuando las personas enfermas son pobres o están desprovistas de los más elementales medios para la subsistencia.

En el conjunto de causas de enfermedad y muerte en las cuales la pobreza es un factor condicionante y muchas veces desencadenante la actuación del sistema de salud de Venezuela es deficiente. Las serias deficiencias del sistema de salud se manifiestan en falta de una atención apropiada y oportuna, largos tiempos de espera, y altos costos, al tanto que se sufren las consecuencias de la insuficiente dotación de equipos y medicinas en los hospitales, y la pérdida de capital humano por la emigración de profesionales de la medicina a otros países. También, al día de hoy, existe un aumento en la incidencia de enfermedades infecciosas tales como el dengue, paludismo, Mal de Chagas, y tuberculosis, entre otras, que en el pasado habían sido reducidas a niveles internacionalmente aceptables.

Una buena política de salud debe consolidar las fuentes de financiamiento del sector público; fortalecer el sistema intergubernamental de salud; enfatizar en el cuidado integral y la prevención; y convertir al Ministerio de Salud y Desarrollo Social en un organismo regulador, coordinador, y financiero. Es preciso promover una buena combinación de proveedores públicos y privados, lo que implica adecuar el sistema privado de seguros y la medicina prepagada, como complemento del sistema público de seguridad social.

Basta ya de improvisación, de subordinar la salud a los intereses políticos coyunturales. Debemos ir más allá del horizonte electoral para construir un gran acuerdo o consenso nacional, incorporando activamente a todos, sin exclusión, para mejorar la calidad de vida del venezolano. ¡A curarse en salud!

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