¿Por qué los primeros días de la guerra en Ucrania fueron malos para Rusia?
Escrito por Jonathan Benavides | @J__Benavides   
Miércoles, 02 de Marzo de 2022 00:00

altSobre el papel, una guerra entre Rusia y Ucrania no es una lucha justa. 

En cada métrica cuantificable (tropas, vehículos armados, aviones, lo que sea), los rusos superan en número a los ucranianos por un margen significativo. Tienen armas más avanzadas, capacidades superiores en el ciberespacio y una historia reciente de despliegues sofisticados de fuerza militar. Sin embargo, al menos hasta ahora, la guerra no ha seguido el camino de Rusia.

Al momento de escribir estas líneas las tropas rusas se han mantenido fuera de Kiev, la capital de Ucrania y el punto focal de su avance inicial. No han podido ganar el control de ningún otro centro de población ucraniano importante. Todavía tienen que establecer la superioridad aérea. Están fallando incluso en tareas logísticas básicas, como asegurarse que sus vehículos tengan suficiente combustible.

Hace apenas una semana que comenzó la invasión y es demasiado pronto para hacer declaraciones definitivas sobre cómo terminará la campaña rusa. Pero el consenso entre los expertos militares en el mundo es que la invasión inicial se basó en premisas estratégicas muy defectuosas.

“Me tomó un tiempo darme cuenta de lo que están tratando de hacer porque parece tan ridículo e incompetente”, dijo Michael Kofman, director de estudios rusos en el grupo de expertos CNA, en Twitter sobre el avance ruso, porque al fin y al cabo hemos apreciado la operación rusa como un esquema extraño, basado en suposiciones políticas terribles, con poca relación con su entrenamiento y capacidades.

Algunos analistas argumentan que el problema es aún más profundo, que el ejército ruso no solo tiene la tarea de ejecutar una mala estrategia, sino que es en sí misma una organización inepta incapaz de realizar adecuadamente las funciones básicas del campo de batalla. Según esta teoría, incluso un mejor plan habría arrojado resultados deficientes en el campo de batalla.

“¡La explicación más simple aquí es que el ejército ruso es malo!. Era un tigre de papel, y ahora el papel está en llamas”, escribe también en Twitter Brett Friedman, oficial de reserva del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y autor del libro “On Tactics: A Theory of Victory in Battle”.

A la larga, advierten Friedman y otros expertos, Rusia sigue siendo la favorita para ganar la guerra: simplemente es demasiado grande y está bien equipada. El Pentágono advierte que las cosas pronto empeorarán; en una sesión informativa del lunes antes de iniciar la invasión, un alto funcionario de defensa de EE.UU. advirtió que Rusia podría asediar Kiev y otras ciudades ucranianas, una táctica brutal que priva intencionalmente a los civiles de necesidades básicas como la comida.

Pero en estos primeros días de la guerra, un rápido colapso de Ucrania comienza a parecer una posibilidad cada vez más remota, y si Rusia logra la victoria, lo hará a un costo significativamente más alto de lo que parece haber esperado el presidente Vladimir Putin.

 

El plan de invasión de Rusia fue realmente malo

En retrospectiva, la estrategia de Rusia para los primeros días del conflicto se ha hecho más clara: tomar Kiev lo más rápido posible y deponer al gobierno del presidente Volodymyr Zelenski, poniendo fin al conflicto antes de que realmente comience.

La investigación previa a la guerra realizada por la FSB (agencia de inteligencia de Rusia), filtrada recientemente a expertos británicos, sugirió que los ucranianos en general estaban descontentos con su liderazgo y pesimistas sobre la dirección de su país. Parece que el plan de invasión ruso puede haber confiado en esta evaluación, asumiendo que la resistencia ucraniana sería ligera y que sería factible una marcha rápida hacia la capital. Rusia hizo grandes suposiciones sobre su capacidad para llegar a Kiev en 48 horas, y la mayoría de sus decisiones se basaron en esto, Fue una elección estratégica, formada por prejuicios y suposiciones, que intentó una carrera loca que fracasó en su objetivo inicial. 

En un conflicto como este, la doctrina militar tradicional exige el uso intensivo de lo que se denomina “armas combinadas”: diferentes elementos del poder militar, como tanques, infantería y aviones, desplegados de manera simultánea y complementaria. Pero no hemos visto el uso de armas combinadas por parte de las fuerzas rusas de forma sistemática. En cambio, aparentemente han optado por enviar fuerzas aisladas, como reconocimiento y paracaidistas, por delante sin suficiente apoyo o planificación logística. Es una elección táctica que tiene sentido si cree que encontrará solo una resistencia simbólica, lo que no ha sido el caso hasta ahora.

De manera similar, el ejército ruso decidió no desplegar algunas de sus armas y tácticas más devastadoras, incluido el bombardeo masivo de áreas pobladas que se ven en lugares como Siria, en los primeros días del conflicto. Esto también parece haber sido una elección política arraigada en suposiciones deficientes sobre la voluntad de Ucrania. Parece que Putin calculó muy mal y tenía, francamente, un mal plan sobre cuán rápido colapsaría el ejército ucraniano; Intentó evitar el uso de estas armas muy dañinas de misiles concentrados y ataques aéreos para destruir las posiciones defensivas ucranianas para preservar su narrativa de que esto no es una guerra real y no requiere ese tipo de uso de potencia de fuego, pero ante el fracaso inmediato la ira provocada ha motivado la orden de utilizar los terribles misiles termobáricos de su arsenal.

Los ucranianos han hecho mucho más que simplemente no colapsar. Sus fuerzas terrestres han presentado una fuerte resistencia, haciendo que los rusos paguen severamente por sus avances desordenados y con escasos recursos. Sus defensas aéreas sobrevivieron al bombardeo ruso inicial y siguen funcionando en la actualidad, negando a los rusos la superioridad aérea despejada hasta el momento, un factor crucial para impedir una marcha rápida hacia adelante. Y, según los informes, los ucranianos han hecho un uso inteligente de los drones Bayraktar TB2 contra las fuerzas terrestres rusas, un sistema de armas cuya eficacia se demostró en la guerra del 2020 entre Azerbaiyán y Armenia.

El resultado es un impulso ruso inicial que superó drásticamente las expectativas. Los ucranianos no solo obtuvieron una victoria de propaganda y moral, sino que también ganaron tiempo para que los partidarios externos en Europa y Estados Unidos consigan ayuda para Ucrania e impongan sanciones punitivas a la economía rusa. Los ucranianos ahora están comenzando a reabastecerse en serio tanto del resto del mundo como en virtud de lo que parecen ser existencias significativas de equipos rusos capturados de unidades de asalto derrotadas y destruidas, así como suministros que comienzan a llegar desde Polonia, Alemania, Francia, República Checa, Hungría, Rumania, Suecia, Dinamarca, etc. Cuanto más dure este conflicto, mejor posicionada estará Ucrania para defenderse.

 

¿No es el ejército de Rusia tan poderoso como el mundo creía?

Aunque el avance ruso inicial se ha visto obstaculizado, es demasiado pronto para declarar a los ucranianos vencedores del conflicto. Los militares suelen adaptarse durante el conflicto; Rusia tiene la capacidad de cambiar de marcha y adoptar una estrategia más adecuada a la feroz resistencia ucraniana. Ya hay señales de que Rusia se está moviendo para emplear algunas de las tácticas más extremas a su disposición, incluidos los bombardeos a gran escala y los asedios de ciudades ucranianas.

Podemos argumentar que Rusia aún tiene que comprometer sus fuerzas más efectivas. El poder aéreo y la artillería rusos se han utilizado con moderación, una decisión que está en desacuerdo con la doctrina militar rusa y probablemente cambiará a medida que avance el conflicto. El plan de invasión empleó en gran medida unidades más débiles, incluidos soldados reclutados, a quienes se les puede culpar de algunas de las fallas básicas, como que los vehículos se queden sin gasolina. Podemos concluir que los reclutas parecen ser parte del problema, ya que son quienes están proporcionando logística y parece que lo están haciendo muy mal.

Sin embargo también podemos observar que los problemas son más profundos que eso. Los fracasos vistos del avance ruso son tan profundos y completos que no pueden explicarse simplemente por unos pocos soldados malos; reflejan toda una organización militar que no ha sido adecuadamente preparada para este tipo de conflicto. En este análisis, las misiones limitadas exitosas en Siria y Crimea no reflejaron las verdaderas habilidades del ejército ruso, que ahora se han expuesto como decepcionantes.

El ejército ruso está cometiendo algunos errores muy básicos, desde los niveles estratégicos hasta los tácticos. Las Fuerzas Armadas rusas tienen algunos equipos muy capaces y tienen experiencia reciente usándolos de manera efectiva. No están empleando adecuadamente esas armas y capacidades, lo cual, en nuestra opinión, es más un problema de coordinación, preparación y liderazgo. En última instancia, llevará un tiempo saber qué lado de esta división analítica es el correcto, si los primeros fracasos de Rusia son el resultado principalmente de una mala estrategia o de instituciones militares desfasadas. E incluso si los pesimistas sobre el ejército de Rusia tienen razón, eso no significa que los ucranianos rechazarán finalmente la invasión rusa.

Las deficiencias de Rusia probablemente no importarán a largo plazo. Tienen suficiente capacidad para usar la fuerza bruta en esta cosa. Pero la pregunta de por qué Rusia ha fracasado hasta ahora sí importa, en gran parte porque determina cuán dolorosa será la guerra para Putin.

Tomemos además un dato objetivo que es el valor de reemplazo de los equipos. Cada avión de la familia Su-27 cuesta en promedio 50 millones de dólares; un avión de ataque Su-25 unos 25 millones; un carro de combate T-72 ronda los 2,3 millones. Se estima que Rusia ha perdido en Ucrania unos cien tanques. Si hacemos una operación sencilla apreciamos que Rusia necesita 230 millones de dólares solo para reemplazar los carros, así como otros cientos de millones para los Su-27 y más para los Su-25 probablemente destruidos. Así entonces unos mil millones, esa es la dimensión económica de la guerra en curso, sin mencionar que hay que sumar el costo de cientos de misiles gastados en una semana, a razón de 100.000 a 10 millones de dólares por unidad. Y las bombas, blindados, camiones, helicópteros, aviones de transportes, combustible, alimentos, en medio de un escenario de sanciones y exclusión de los sistemas financieros mundiales. Rusia debe reponer el material perdido, pero se le complica porque le faltan divisas y componentes que importaban de occidente. Cada 100 millones de pérdida diarios provocados por las sanciones equivalen a perder dos Su-25 o 43 carros de combate.

Cada día que se prolonga la lucha, Rusia experimenta más bajas, más sufrimiento económico y más presión internacional. Un conflicto prolongado aumenta el riesgo de que el régimen de Putin enfrente una creciente resistencia interna, ya sea por protestas masivas contra la guerra o por una crisis de confianza entre la élite política y militar rusa. Si Rusia puede adaptar su estrategia y hacer uso de su verdadero poder, el ejército de Ucrania podría ser derrotado en un período de tiempo no muy largo. Pero si el ejército ruso es una institución fundamentalmente rota y continúan surgiendo fallas graves a lo largo de la operación, la invasión podría resultar mucho más costosa para Rusia de lo que nadie anticipó.

 


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com