Afortunadamente, en muchos países esto se ha comprendido como un acto de crueldad animal, pero todavía en otros lugares del mundo se celebran estos eventos donde la atracción principal es ver como un animal es torturado hasta su muerte. Esta cultura solo enseña a las generaciones futuras la crueldad de la que es capaz el ser humano por vanidad y por diversión, algo que para muchos parece no tener sentido.

Adicionalmente, está comprobado científicamente que presenciar estas actividades "deportivas" puede ser nocivas para la salud mental, tanto de niños como de adultos. Presenciar la muerte violenta de un animal en directo es algo que impresiona y puede causar afecciones psicológicas severas dando suficientes motivos para prohibir la presencia de menores en espectáculos taurinos.

Es posible que no todos los niños desarrollen un trauma por este espectáculo, pero los que lo hagan pueden hacerlo reprimiendo un sentimiento de compasión hacia los animales por fidelidad a los padres o que se distancie del entorno familiar que lo lleva a estos eventos y no expresa sufrimiento. Por otro lado, el menor ve una contradicción entre la educación dada por los padres, que censuran la violencia, y el ejercicio del torero sobre el toro, que es una violencia gratuita pero justificable.

Es así como se ven afectados los valores de una persona con algo que se califica como "normal" y "positivo", ademas de atentar contra la vida de los animales. ¿Hasta cuando se va a poner el interés humano por encima de lo que es correcto?.

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