Todos somos hondureños
Escrito por Álvaro Albornoz   
Miércoles, 15 de Julio de 2009 05:55

altMientras en Honduras existe un Fiscal General de la República que apegado a su Constitución y a sus leyes, de una manera valiente, acusó al ex presidente Zelaya de los delitos de traición a la patria, abuso de autoridad y usurpación de funciones, entre otros; en Venezuela, en cambio, tenemos una Fiscal General de la República que propone una Ley de delitos mediáticos y que solo persigue a los dirigentes de oposición

Ante la gran cantidad de correos electrónicos que he recibido de hondureños residenciados en distintas partes del mundo y en la propia Honduras, agradeciéndome la posición jurídico-política que he sostenido con respecto a los acontecimientos sucedidos en esa nación centroamericana, me veo obligado a responderles de una manera colectiva y general a estos latinoamericanos insignes, luchadores por la paz y la democracia auténtica.

Ustedes hermanos hondureños han despertado en millones de latinoamericanos una llama de esperanza y de luz ante la dramática situación en que se encuentran nuestros países gobernados por presidentes autócratas, déspotas y violadores de la Constitución y de los derechos humanos; presidentes que arbitrariamente hacen lo que quieran sin que ninguno de los otros poderes le ponga límites a tales abusos, sino que más bien los amparan y se hacen cómplices o encubridores de sus delitos.

Mientras en Honduras existe una honorable Corte Suprema de Justicia que tuvo el coraje de ordenar el arresto del ex presidente Zelaya para juzgarlo por las múltiples faltas cometidas en ejercicio de sus funciones; en Venezuela, en cambio, tenemos un Tribunal Supremo de Justicia dócil y servil que es capaz de dictar sentencias descabelladas y aberrantes desde el punto de vista jurídico, que violan los principios más elementales de la ciencia del derecho, con tal de satisfacer las pretensiones del teniente coronel que nos gobierna.

Mientras en Honduras existe un Fiscal General de la República que apegado a su Constitución y a sus leyes, de una manera valiente, acusó al ex presidente Zelaya de los delitos de traición a la patria, abuso de autoridad y usurpación de funciones, entre otros; en Venezuela, en cambio, tenemos una Fiscal General de la República que propone una Ley de delitos mediáticos y que solo persigue a los dirigentes de oposición levantándoles falsas acusaciones, con el fin de encubrir los múltiples delitos y violaciones a la Constitución que comete el Presidente en ejercicio.

Mientras en Honduras existe un Tribunal Supremo Electoral digno que no permite injerencias indebidas del Poder Ejecutivo en la realización de las elecciones; en Venezuela en cambio tenemos un Consejo Nacional Electoral arrodillado que sólo hace las elecciones que le convienen al Presidente de la República y que realiza todas las trampas posibles para beneficiar electoralmente al gobierno.

Mientras en Honduras existe un Congreso Nacional autónomo y con libre discernimiento que fue capaz de votar unánimemente contra el ex presidente Zelaya, incluyendo los diputados de su propio Partido Liberal; en Venezuela, en cambio, tenemos una Asamblea Nacional que aplaude como focas todos los disparates que provienen del Poder Ejecutivo y que cumple sin ninguna oposición los designios malévolos del Presidente de la República, violando flagrantemente la Constitución.

Mientras en Honduras existen unas Fuerzas Armadas profesionales, apolíticas, institucionales y que solo defienden el imperio de la Constitución y la alternabilidad en el poder; en Venezuela, en cambio, tenemos una Fuerza Armada Nacional Bolivariana totalmente partidizada, que gritan consignas políticas como “Patria, Socialismo o Muerte” y que solo defienden sus prebendas económicas sin importarles la supremacía constitucional y el respeto de las leyes ni mucho menos la defensa de nuestra soberanía.

En fin, mientras en Honduras existen Instituciones decentes que tienen claro el principio de separación de poderes y que respetan el ordenamiento jurídico; en Venezuela, en cambio, tenemos instituciones débiles, doblegadas y entregadas al capricho personal de un caudillo a quien obedecen fielmente sin importarles el futuro de la patria y de sus propios hijos.

Por todo esto, los hondureños se merecen nuestra admiración y respaldo solidario, por haber sido capaces de aplicar el sistema de pesos y contrapesos, demostrando que la Teoría de Montesquieu sigue siendo válida, que ningún Poder está por encima de otro y que ningún Presidente puede violar la Constitución impunemente. 

Ustedes serán el vivo ejemplo del perfecto funcionamiento de la Teoría de la Separación de Poderes, pilar fundamental de todo Estado de Derecho, al cual recurriremos todos los profesores de derecho en Venezuela en las clases universitarias, ante la imposibilidad de dar una muestra parecida en nuestro país en la actualidad.

Así las cosas, no queda más que agradecerles a ustedes los hondureños por existir, por demostrarles al mundo que no todo está podrido ni perdido, que si existen Instituciones serias y rebosantes de dignidad, que nos hacen desear a todos ser hondureños. Por eso decimos con conciencia: ¡TODOS SOMOS HONDUREÑOS!

 

(*):Doctor en Derecho Constitucional/Profesor Universitario Venezolano


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