El Estado fallido
Escrito por Dr. Francisco García S. | @franciscocipcom   
Miércoles, 31 de Mayo de 2017 07:20

altEn estos últimos días de tórridos sucesos en todo el país, llenos de la represión e intolerancia más visceral y desmedida por parte del régimen,

y buscando las vías democráticas que por derecho nos corresponden, el régimen se niega y actúa como el decapitador que es, y lo será, de seguir en el poder.

De ver con gran tristeza como matan a nuestros jóvenes; por el grito libertario de recuperar la democracia y su país, de luchar como héroes frente a la bayoneta: no queda otra sino dar todo el apoyo posible y quedar admirados por tan heroico proceder. El fascismo lo promueve el régimen bajo su constante propaganda política de solo una voz y solo un pensamiento. El del régimen.

El régimen lleva ya para estos días casi 2700 detenciones de conciencia, y más de 60 muertos a mansalva por asesinos disfrazados de verde olivo. Todas estas muertes y detenciones de conciencia (termino de Amnistía Internacional en casos de violaciones a los Derechos Humanos; aplica para Venezuela) para señalar a los regímenes violadores DDHH en el mundo. No se escapa el régimen actual.

Me topé con un libro; o mejor escrito, unas notas desde la prisión de otro preso político de conciencia; Leopoldo López. Gran líder del partido político Voluntad Popular. Comencé a leer dichas notas, porque desde los sucesos de febrero de 2014, Venezuela se conduce como una nave a la deriva. Notas que tituló: Preso pero Libre. Notas desde Ramo Verde. Editorial Libros Marcados 2016.

Dichas notas, llenas de calamidades que padece un preso político por las dictaduras, son presentadas por Mario Vargas Llosa, nada más y nada menos, que un gran intelectual latinoamericano y del mundo, premio Nobel de Literatura. Y, Vargas Llosa, hace una reflexión (que ya tenía años advirtiendo pasaría en el país) sobre la pérdida de la democracia en Venezuela de la mano del nefasto Chávez y sus secuaces, tándem; Nicolás Maduro, Cabello y compañías.

Leopoldo López, como uno de los cientos de presos políticos en dicho país, se entrega el 18 de febrero de 2014, a sus esbirros, a sabiendas de todas las violaciones y vejaciones a las que sería y está, en el presente expuesto.   Se entrega gallardamente por y para desmentir su culpabilidad en los sucesos del 12 de febrero de 2014. Sucesos de una justa protesta ciudadana y estudiantil que el régimen reprimió adrede para criminalizar a la oposición y, a sus líderes de dichas muertes ése trágico día. Una costumbre típica del morboso proceso llamado; la revolución socialista del siglo XXI, que no ha sido sino la manifestación del militarismo anti democrático. Negando todos los procesos electorales a partir de enero 2016 en adelante que por derecho constitucional estaban pautados para estas épocas. Y por ello, las protestas en Venezuela.

Mario Vargas Llosa hace un relato vivo y muy revelador de la situación país, e incluso, no deja de hacerse una crítica cuando en su época de juventud; él pensaba: “Yo recuerdo el odio que teníamos a Betancourt los jóvenes de mí generación cuando creíamos que la verdadera libertad estaba en Marx, Mao, Fidel Castro y en la punta del fusil. Vaya insensatos y ciegos que fuimos”. (2016) La autocrítica parte de la reivindicación que le hace a Rómulo Betancourt como el gran líder de la democracia partidista venezolana, y que también admira, por su puesto Leopoldo López y lo expresa muchas veces en sus notas. Haciendo mención al gran socialdemócrata que detestó en su momento la dictadura del “Chivo”, “el jefe”, “el benefactor”, Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana, el cual trató de asesinarlo y que además Vargas Llosa tiene una excelente novela llamada la Fiesta del Chivo. Precisamente un relato de lo que significan las tiranías y los dictadores en América Latina de aquellos años, que Venezuela ya se pensaba superados y caemos de nuevo en el trajinar de la democracia a la dictadura, del populismo a la democracia y de nuevo al militarismo.

Esa partidocracia tan atacada por Chávez, y que hoy por hoy, la mayoría de los venezolanos han entendido y comprendido, la necesidad de los partidos políticos en la defensa de las instituciones republicanas, para el rescate imperioso y urgente de la democracia. Y superar a los autócratas es por vía de más y mejor democracia, más y más instituciones, acabando con el discurso de la anti política y anti partidos que tanto daño ha causado. Siendo así el gobernar por decreto como se ha venido conduciendo el país estos últimos 18 años de su triste e histérica historia.

Preso pero Libre de Leopoldo López, es un grito a la libertad, a la paz, y a los valores del orden democrático. Tan es así, que, en el prólogo de las notas de López, lo realiza Felipe González, otro gran estadista y político español (PSOE) que supo encaminar a la España post Franco.  Y, por cierto, Felipe González, hoy por hoy de la izquierda de avanzada. Porque de algo debemos estar claro, el daño de los bufones amantes de charreteras del socialismo del siglo XXI, solo han traído el desprestigio ideológico y vertiginoso de la izquierda en el mundo.

De allí, y Felipe González muy atento al caso venezolano, lanza la idea del Estado Fallido como la máxima expresión de la destrucción adrede a un país por un grupo delincuencial. Y ya para el 2014, 2015 y 2016 estaba muy claro de lo que se le venía al país de seguir los desgobernates autócratas en el poder. La realidad política venezolana le da la razón.

Y para muestra: ya más de dos meses de protestas cívicas, constitucionales, de centenares de muertes, de casi 15 mil heridos, de más de 40 diputados de la Asamblea Nacional legitimada por un 70% del electorado, agredidos, con un nivel de muertes por crímenes violentos de casi 30 mil seres humanos, según el observatorio venezolano de violencia, con la inflación más alta del mundo de 720 % 2017 y se espera según cálculos del FMI para el año 2018 de 2068%, muy por encima de la Argentina de 25,6%, con las reservas de dólares de 10.345 millones, muy lejos en comparación al año 2008 que se ubicaban en 43.054 millones. Con escasez de alimentos y medicinas, en una crisis humanitaria que el régimen se niega a aceptar y centenares de gobiernos en el mundo, (ONU OEA) ya han manifestado su clara preocupación por la situación tan delicada. 

Ahora el Estado Fallido y sus aduletes, pretenden violentar y violar aún más la constitución de 1999, convocada, discutida, pactada y votada; seguir en su despilfarro con la caratula del poder soberano en una trampa de una nueva Asamblea Constituyente y su pretensión de no pagar a la justicia internacional e interna, cuando se restablezcan las instituciones, el daño causado a Venezuela. La constitución en sus artículos 5, 6, 200, 201, y 350 tiene suficiente voz y más de un 87% de los ciudadanos para su defensa y superar, estas pretensiones de justicias injustas como lo proclama Leopoldo López, y rescatar la república del Estado Fallido.

 

 

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