Clap y Carnet de la Patria: Trampas en las que el gobierno cayó
Escrito por Leandro Rodríguez Linárez | X: @leandrotango   
Miércoles, 22 de Marzo de 2017 05:15

altCréannos, el primer interesado en salir de los cavernarios Clap y Carnet de la Patria es el propio gobierno.

 

Al igual que el arrebato desmesurado de intentar sacar de circulación en 48 horas los billetes de 100, estas medidas no fueron estudiadas, ni ponderadas concienzudamente… modus operandi transversal en los luengos 18 años de gestión chavista

A ver, sí en el país existiesen la cantidad de alimentos necesarios para hacer llegar a cada hogar venezolano la bolsa/caja CLAP, con la periodicidad requerida, sencillamente no existiese la suprema escasez que azota al país desde hace tiempo, es decir ¿Qué sentido tendrían los CLAP? El problema de fondo es que el gobierno se dedicó a exterminar los productores nacionales, intoxicado por una ideología comunistoide fracasada e importó para satisfacer economías y gobierno extranjeros en búsqueda de apoyos internacionales incondicionales, además, para lucrar a la boliburguesía con el jugoso negocio de las importaciones (comisiones, sobreprecio e importaciones fraudulentas).

Chávez aseveró hace algunos años que el barril nunca iba bajar de precio e iba alcanzar los 500$, henchido en su ignorancia en el tema basó la Revolución Socialista del Siglo XXI no en el trabajo ni en la educación, sino en el sobredimensionamiento del rentismo petrolero y en el populismo atroz. Ido el boom petrolero Venezuela se quedó sin producción, sin inversiones, sin capacidad importadora. Así, los CLAP vienen a ser otro espejismo promisorio gubernamental intentando satisfacer a su cada vez más reducido sequito de acólitos adoctrinados, sin embargo, la progresiva falta de productos y la corrupción (otra transversal chavista) han hecho de los CLAP otro fracaso.

Del mismo modo, el gobierno se encuentra entrampado con el Carnet de la Patria, instrumento sin sentido, al que no sabe cómo darle útil significancia a sus fines sin evidenciar el apartheid político que inspiró su creación, sobre todo, ante una comunidad internacional cada vez más atenta ante la desdemocratización del país, corrupción con aristas internacionales, violación de derechos humanos y narcotráfico, que se ciernen contra el chavismo venezolano. El Carnet de la Patria es un sin sentido que dejará al país con la irreparable pérdida de importantes recursos despilfarrados en momentos donde niños mueren por desnutrición y por falta de medicamentos.

Por sí fuera poco, la tragicómica “Guerra del Pan” es otro dislate. Hace algunos meses Maduro anunció la masiva importación de harina de trigo desde Rusia a fin de frenar la escasez del pan ¿A dónde fueron a parar esos recursos? ¿Se importa la harina? ¿Quiénes y cómo lo distribuyen? Cuando se denunció el robo de las arcas públicas de más de 20 mil millones de dólares solo en 2012 el gobierno fue tras los “Raspa Cupos” quienes no representaban ni el 2% de las divisas del país, no cazó los grandes “enchufados” culpables, lo propio ocurre con los panaderos a quienes el gobierno responsabiliza por la escasez de pan, intentando disimular su responsabilidad en el desastroso manejo de la economía, por administrar los recursos del país como Chávez se ufanaba de hacerlo “sacando los reales debajo del colchón”. 


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