Presencia universitaria
Escrito por Antonio José Monagas | X: @ajmonagas   
Lunes, 02 de Mayo de 2016 00:35

altLa historia universitaria es testigo de los esfuerzos, pero también de las debacles que han afectado la vida de toda institución universitaria.

No es sencillo advertir el meollo de problemas que son encubiertos por efecto de manipulaciones o asedios que en ella se dan no sólo desde afuera. Igualmente, desde adentro. Y posiblemente, con mayor intensidad pues justamente en su interior buscan esconderse quienes se disfrazan de académicos para asentir con burdos sofismas lo que induce mayores perjuicios al devenir universitario.

Sin embargo, hay momentos en que se conjugan capacidades que revierten las razones muchas veces convertidas en diatribas o entelequias afectándose importantes espacios académicos. Momentos éstos que son inspirados por la convivencia entre pares cuando de promover y divulgar ideas, actitudes y realidades se trata.

Con razón, la universidad se concibe como “una comunidad de intereses espirituales que reúne a profesores y estudiantes en la tarea de buscar la verdad y afianzar los valores trascendentales del hombre”. Precisamente, en el centro de esa comunidad concurren tiempos que, al ser incentivados por las emociones de quienes hacen vida universitaria, constituyen oportunidades para afianzar la espiritualidad como condición que exhorta al ser humano a identificarse con su ámbito de desarrollo. O sea, con las situaciones que ocupan y preocupan a su discurrir en los predios de trabajo.

Es así que en el trajín de ese tiempo universitario, ocurren eventos de toda índole. Unos, más apegados a lo institucional, Otros, a la espiritualidad. Por eso, unos actos tienen más poder de convocatoria que otros. Quizás, porque la concurrencia de estos, invoca esperanzas y sentimientos que rememoran encuentros de amistad, cooperación y compañerismo.

Posiblemente, lo que recién caracterizó un acto de despedida por motivo de la  jubilación de una abnegada empleada de una dependencia universitaria, concretamente de la Universidad de Los Andes, fue un ejemplo fehaciente de lo que circunstancialmente moviliza una colectividad tan susceptible a las variaciones que en su entorno se dan. Seguramente, dicho acto se transformó en una reunión que estremeció los cimientos emocionales de la universidad toda vez que el mismo representó lo que la institución exhorta cuando lleva adelante una labor basada en un espíritu de democracia, justicia social y de solidaridad humana. El mismo, fue capaz de congregar empleados jubilados y activos, profesores, estudiantes y gente del lugar que con su presencia dejó ver manifestaciones de gratitud y reconocimiento al trabajo honrado y magnánimo de esa leal compañera cuya despedida tuvo la fuerza extraordinaria de convocar una colectividad que otras causas no lograrían animar. Fue, sencillamente, una expresión de afecto y exaltación de los valores sobre los cuales se depara la universidad ya que tuvo carácter de una elocuente y vigorosa presencia universitaria.


blog comments powered by Disqus
 
OpinionyNoticias.com no se hace responsable por las aseveraciones que realicen nuestros columnistas en los artículos de opinión.
Estos conceptos son de la exclusiva responsabilidad del autor.


Videos



Banner
opiniónynoticias.com