¿Después de las elecciones?
Escrito por Fernando Luis Egaña   
Lunes, 06 de Julio de 2015 13:48

¿Después de las elecciones?
Fernando Luis Egaña
Por estos días se ha venido escuchando de parte de algunos analistas y representantes de sectores económicos, que después de las elecciones parlamentarias, podrían venir cambios razonables en la "política económica" gubernamental, que ayudarían a aliviar las distorsiones y a estabilizar la situación con miras a mejorar el rumbo. Suena bien. Lo malo es que también suena repetido.
Y es que exactamente lo mismo se dijo antes de las elecciones que consagraron a Maduro en Miraflores, hace más de dos años. Lo mismo se dijo antes de las elecciones municipales de finales del 2013. Y lo mismo se solía decir antes de la mayor parte de las votaciones en los tiempos del predecesor. Los referidos analistas y voceros señalaban que la demagogia electoral le abriría paso al realismo económico, y que después de las elecciones no tardarían en llegar las medidas de la rectificación.
Y bueno, casi han pasado 17 años sin que lleguen las esperadas medidas de la rectificación post-electoral. De hecho, ha sido al revés. Pasada la temporada comicial correspondiente, ha continuado, acentuada, la demagogia, y su cortejo de irresponsabilidad, corrupción, improvisación y aversión a la actividad privada productiva y legítima. No es por nada que la economía venezolana está como está. Con el dólar sobre los 500 bolívares o sobre los 500 mil bolívares, que es como se entiende mejor la cifra en términos históricos.
La ilusión de que el régimen se dará cuenta de lo obvio, es decir de la catástrofe, y entonces comenzará a cambiar las cosas con base al sentido común y a una lógica, siquiera, básicamente sensata; es eso, una ilusión. Eso no pasará. Y para pasar tiene que ser que ya el régimen también pasó. Y no creo que tal posibilidad figure entre sus opciones. Aristóbulo Isturiz lo confiesa sin mucho tapujo: si quitamos el control de cambios nos tumban..
Y también pensarán, si ajustamos la gasolina, nos tumban; y si abrimos un poquito la economía, nos tumban, y así con todo lo que pueda parecer acorde con el dinamismo del mercado, llámese economía social de mercado, desarrollo social de mercado, o como le dicen en Beijing, socialismo de mercado. Los que imaginen que mucho o algo de eso viene después de las elecciones, deberían enfocar mejor su imaginación. Tratar de poner los pies sobre la tierra, y darse cuenta que la hegemonía no tiene ninguna intención de cambiar en estos sentidos, ni antes, ni durante, ni después de las elecciones.
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altPor estos días se ha venido escuchando de parte de algunos analistas y representantes de sectores económicos, que después de las elecciones parlamentarias, podrían venir cambios

razonables en la "política económica" gubernamental, que ayudarían a aliviar las distorsiones y a estabilizar la situación con miras a mejorar el rumbo. Suena bien. Lo malo es que también suena repetido. 

Y es que exactamente lo mismo se dijo antes de las elecciones que consagraron a Maduro en Miraflores, hace más de dos años. Lo mismo se dijo antes de las elecciones municipales de finales del 2013. Y lo mismo se solía decir antes de la mayor parte de las votaciones en los tiempos del predecesor. Los referidos analistas y voceros señalaban que la demagogia electoral le abriría paso al realismo económico, y que después de las elecciones no tardarían en llegar las medidas de la rectificación.

Y bueno, casi han pasado 17 años sin que lleguen las esperadas medidas de la rectificación post-electoral. De hecho, ha sido al revés. Pasada la temporada comicial correspondiente, ha continuado, acentuada, la demagogia, y su cortejo de irresponsabilidad, corrupción, improvisación y aversión a la actividad privada productiva y legítima. No es por nada que la economía venezolana está como está. Con el dólar sobre los 500 bolívares o sobre los 500 mil bolívares, que es como se entiende mejor la cifra en términos históricos.

La ilusión de que el régimen se dará cuenta de lo obvio, es decir de la catástrofe, y entonces comenzará a cambiar las cosas con base al sentido común y a una lógica, siquiera, básicamente sensata; es eso, una ilusión. Eso no pasará. Y para pasar tiene que ser que ya el régimen también pasó. Y no creo que tal posibilidad figure entre sus opciones. Aristóbulo Isturiz lo confiesa sin mucho tapujo: si quitamos el control de cambios nos tumban..

Y también pensarán, si ajustamos la gasolina, nos tumban; y si abrimos un poquito la economía, nos tumban, y así con todo lo que pueda parecer acorde con el dinamismo del mercado, llámese economía social de mercado, desarrollo social de mercado, o como le dicen en Beijing, socialismo de mercado. Los que imaginen que mucho o algo de eso viene después de las elecciones, deberían enfocar mejor su imaginación. Tratar de poner los pies sobre la tierra, y darse cuenta que la hegemonía no tiene ninguna intención de cambiar en estos sentidos, ni antes, ni durante, ni después de las elecciones.


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