¿Estamos preparados? |
Escrito por Antonio Barreto Sira | @BarretoSira |
Martes, 25 de Noviembre de 2014 06:47 |
Desde el equipo de comunicaciones del Dip. Antonio Barreto Sira, le enviamos un artículo de opinión.
Muchas gracias por su apoyo.
Firma: Antonio Barreto Sira
Candelariazos
¿Estamos preparados?
Les hago esta pregunta a los representantes del Gobierno nacional: ¿estamos preparados para enfrentar la crisis que se generará por la caída de los precios del petróleo?
El Ejecutivo está listo para vivir una época de “las vacas flacas”. Ellos se han acostumbrado a gobernar en medio de la bonanza que ha significado un precio del barril de petróleo muy por encima de las estimaciones presupuestarias, y no saben lo que es trabajar con las uñas.
En Miraflores debe estar cundiendo el pánico, el movimiento del mercado internacional está haciendo que el grifo del chorro de petrodólares merme en su intensidad. Ya no habrá más dinero como en aquellos tiempos de despilfarro revolucionario.
Suponemos que el Gobierno tendrá que cambiar su política de “Don Regalón” con respecto a sus socios de Petrocaribe especialmente Cuba, debido a que la masa ya no está para bollos.
La caída precipitosa de la cotización del crudo mundial afecta directamente la opulencia gubernamental, como se han manejado quienes están en la cúpula del poder nacional.
Lo más preocupante es que con el barril de petróleo elevado el pueblo venezolano pasaba trabajo ¿ahora que nos vendrá encima?
¿Estará preparado Nicolás Maduro para hacer frente a un Gobierno arruinado? ¿Estará él en capacidad para frenar la indignación de un pueblo que está cansado, frustrado y hambriento por culpa de las pésimas medidas económicas de la administración revolucionaria?
La crisis se ha agudizado paulatinamente, hoy 24 de noviembre no se siente ambiente navideño, los venezolanos están tratando, con múltiples sacrificios, sostener las tradiciones de estas fechas en medio de un caos de desabastecimiento, escasez y crisis que no se explica en una nación que recibió por renta petrolera millones de millones de dólares.
Diría un expresidente de Venezuela ¿Dónde están los reales? Es evidente que mientras el pueblo en los barrios, caseríos, y sectores populares ha tenido que abrirse nuevos agujeros en el cinturón, en el Palacio de Gobierno la vida es de derroche, digno a los jeques árabes del Medio Oriente.
La situación de los precios petroleros es tan alarmante que los integrantes de la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) han convocado a una reunión de carácter de urgencia en Viena para debatir posibles soluciones a la debacle del producto en el mercado.
La diferencia es que todos los países petroleros se han preparado para una situación como la actual, cada uno guardó un poquito de los tiempos de las “vacas gordas”, menos los gobernantes despilfarradores e inconscientes de Venezuela.
Estás últimas semanas he retomado, al lado de mi partido Acción Democrática, los recorridos por los distintos municipios de Anzoátegui, nuevamente hemos conversado y acercado, como siempre, al pueblo y hemos confirmado la triste realidad que se padecen en las zonas más humildes.
El problema del desabastecimiento, la inseguridad, el desempleo, la escasez, el caos educativo, sanitario y social que se vive en todos los rincones de nuestra entidad, como del resto de Venezuela, es una de las evidencias más grande de la pésima y criminal obra de gestión de unos señores que abusaron de su poder y dejaron en la absoluta miseria a nuestra nación.
Desde Soledad, allá en las riberas del Orinoco, hasta San Juan de Capistrano en la frontera con en estado Miranda, los problemas del pueblo se han agudizado, se han empeorado ante la mirada inerte, inhumana y despiadada de un Gobierno que manejó los recursos suficientes para convertir a Venezuela en una tacita de oro.
En cambio la taza, que es Venezuela, se encuentra completamente rota por todas partes, y de las fisuras causadas por las malas prácticas administrativas de los revolucionarios se han escapado millones de litros de petróleo, se han derramado millones de dólares, se han vertido en la nada infinitas oportunidades de construir un país moderno, democrático y de progreso para todos.
Insisto en mi pregunta ¿estará preparado el Gobierno? Y agrego en esta reflexión ¿estaremos preparados, todos los venezolanos, para impulsar un cambio democrático y pacífico de sistema que necesitamos en este momento?
Les hago esta pregunta a los representantes del Gobierno nacional: ¿estamos preparados para enfrentar la crisis que se generará por la caída de los precios del petróleo? El Ejecutivo está listo para vivir una época de “las vacas flacas”. Ellos se han acostumbrado a gobernar en medio de la bonanza que ha significado un precio del barril de petróleo muy por encima de las estimaciones presupuestarias, y no saben lo que es trabajar con las uñas. En Miraflores debe estar cundiendo el pánico, el movimiento del mercado internacional está haciendo que el grifo del chorro de petrodólares merme en su intensidad. Ya no habrá más dinero como en aquellos tiempos de despilfarro revolucionario. Suponemos que el Gobierno tendrá que cambiar su política de “Don Regalón” con respecto a sus socios de Petrocaribe especialmente Cuba, debido a que la masa ya no está para bollos. La caída precipitosa de la cotización del crudo mundial afecta directamente la opulencia gubernamental, como se han manejado quienes están en la cúpula del poder nacional. Lo más preocupante es que con el barril de petróleo elevado el pueblo venezolano pasaba trabajo ¿ahora que nos vendrá encima? ¿Estará preparado Nicolás Maduro para hacer frente a un Gobierno arruinado? ¿Estará él en capacidad para frenar la indignación de un pueblo que está cansado, frustrado y hambriento por culpa de las pésimas medidas económicas de la administración revolucionaria? La crisis se ha agudizado paulatinamente, hoy 24 de noviembre no se siente ambiente navideño, los venezolanos están tratando, con múltiples sacrificios, sostener las tradiciones de estas fechas en medio de un caos de desabastecimiento, escasez y crisis que no se explica en una nación que recibió por renta petrolera millones de millones de dólares. Diría un expresidente de Venezuela ¿Dónde están los reales? Es evidente que mientras el pueblo en los barrios, caseríos, y sectores populares ha tenido que abrirse nuevos agujeros en el cinturón, en el Palacio de Gobierno la vida es de derroche, digno a los jeques árabes del Medio Oriente. La situación de los precios petroleros es tan alarmante que los integrantes de la Organización de Países Productores y Exportadores de Petróleo (OPEP) han convocado a una reunión de carácter de urgencia en Viena para debatir posibles soluciones a la debacle del producto en el mercado. La diferencia es que todos los países petroleros se han preparado para una situación como la actual, cada uno guardó un poquito de los tiempos de las “vacas gordas”, menos los gobernantes despilfarradores e inconscientes de Venezuela. Estás últimas semanas he retomado, al lado de mi partido Acción Democrática, los recorridos por los distintos municipios de Anzoátegui, nuevamente hemos conversado y acercado, como siempre, al pueblo y hemos confirmado la triste realidad que se padecen en las zonas más humildes. El problema del desabastecimiento, la inseguridad, el desempleo, la escasez, el caos educativo, sanitario y social que se vive en todos los rincones de nuestra entidad, como del resto de Venezuela, es una de las evidencias más grande de la pésima y criminal obra de gestión de unos señores que abusaron de su poder y dejaron en la absoluta miseria a nuestra nación. Desde Soledad, allá en las riberas del Orinoco, hasta San Juan de Capistrano en la frontera con en estado Miranda, los problemas del pueblo se han agudizado, se han empeorado ante la mirada inerte, inhumana y despiadada de un Gobierno que manejó los recursos suficientes para convertir a Venezuela en una tacita de oro. En cambio la taza, que es Venezuela, se encuentra completamente rota por todas partes, y de las fisuras causadas por las malas prácticas administrativas de los revolucionarios se han escapado millones de litros de petróleo, se han derramado millones de dólares, se han vertido en la nada infinitas oportunidades de construir un país moderno, democrático y de progreso para todos. Insisto en mi pregunta ¿estará preparado el Gobierno? Y agrego en esta reflexión ¿estaremos preparados, todos los venezolanos, para impulsar un cambio democrático y pacífico de sistema que necesitamos en este momento?
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