El país de las guerras
Escrito por Fernando Luis Egaña   
Lunes, 22 de Septiembre de 2014 11:24

El país de las guerras
Fernando Luis Egaña
De acuerdo a la propaganda oficialista, ningún país del mundo está sufriendo tantas guerras como Venezuela. Guerra económica, guerra mediática, guerra psicológica, guerra cibernética, guerra política y por si todo esto fuera poco, ahora también guerra bacteriológica... Guerra por todas partes y a toda hora, si nos atenemos, repito, a la propaganda oficialista.
Y lo peor de la situación es que es verdad. Todas esas guerras son verdaderas. Existen en la realidad cotidiana de los venezolanos. Son guerras concretas y destructivas. Pero resulta y pasa, que no son guerras impulsadas por los enemigos de la "revolución" para tratar de desestabilizarla. Nada de que ver. Son guerras impulsadas por el Estado hegemónico en contra de la nación venezolana. Para tratar de intimidarla, de acorralarla, de doblegarla y de enjaularla.
Así por ejemplo, no hay duda de que hay una guerra económica para acabar con la producción nacional, con los derechos de propiedad, con la libertad de empresa, con la voluntad de superación a través del trabajo productivo y honesto. Esa guerra lleva ya tres lustros y tiene su cuartel general en Miraflores. La empezó el predecesor y la continúa el sucesor. De allí la mega-crisis económica de la escasez, la carestia, la recesión y la hipoteca del petróleo, en medio de una bonanza petrolera. Nada menos...
¿Y las guerras mediáticas y psicológicas? Todo el aparataje de manipulación comunicacional está dirigido a eso. Incluyendo, también, la instigación de la autocensura que, en no pocos casos, no hay que instigarla mucho porque el poder cuenta con la complacencia de sus victimas. Ningún país del mundo, salvo Corea del Norte y Cuba, padece tanto el bombardeo de la mentira oficial como Venezuela. Pura guerra mediática y psicológica.
Y los servicios públicos son los de un país en guerra. Los apagones, los cortes de agua, las vías destartaladas, las colas para todo, el aislamiento aéreo, todo ello es propio de las guerras. En el caso venezolano, de la guerra del régimen imperante en contra de la población. Y ahora, para colmo, la guerra bacteriológica...
Y ciertamente que la hay, porque la destrucción generalizada de la sanidad pública ha generado el rebrote en endemias que habían sido erradicadas hace décadas, y ha hecho que nuestro país sea un caldo de cultivo y diseminación de todo tipo de nuevas endemias. Esa es la guerra bacteriológica que padecen los venezolanos.
Consecuencia de todas estas guerras: un país enfermo, extremamente violento, fragmentado en lo político y con distorsiones brutales en lo económico. Venezuela necesita de paz para salir de la mega-crisis. Y la paz pasa por la superación de la hegemonía y sus guerras.
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altDe acuerdo a la propaganda oficialista, ningún país del mundo está sufriendo tantas guerras como Venezuela. Guerra económica, guerra mediática, guerra psicológica, guerra cibernética,

guerra política y por si todo esto fuera poco, ahora también guerra bacteriológica... Guerra por todas partes y a toda hora, si nos atenemos, repito, a la propaganda oficialista. 

Y lo peor de la situación es que es verdad. Todas esas guerras son verdaderas. Existen en la realidad cotidiana de los venezolanos. Son guerras concretas y destructivas. Pero resulta y pasa, que no son guerras impulsadas por los enemigos de la "revolución" para tratar de desestabilizarla. Nada de que ver. Son guerras impulsadas por el Estado hegemónico en contra de la nación venezolana. Para tratar de intimidarla, de acorralarla, de doblegarla y de enjaularla. 

Así por ejemplo, no hay duda de que hay una guerra económica para acabar con la producción nacional, con los derechos de propiedad, con la libertad de empresa, con la voluntad de superación a través del trabajo productivo y honesto. Esa guerra lleva ya tres lustros y tiene su cuartel general en Miraflores. La empezó el predecesor y la continúa el sucesor. De allí la mega-crisis económica de la escasez, la carestia, la recesión y la hipoteca del petróleo, en medio de una bonanza petrolera. Nada menos...

¿Y las guerras mediáticas y psicológicas? Todo el aparataje de manipulación comunicacional está dirigido a eso. Incluyendo, también, la instigación de la autocensura que, en no pocos casos, no hay que instigarla mucho porque el poder cuenta con la complacencia de sus victimas. Ningún país del mundo, salvo Corea del Norte y Cuba, padece tanto el bombardeo de la mentira oficial como Venezuela. Pura guerra mediática y psicológica.

Y los servicios públicos son los de un país en guerra. Los apagones, los cortes de agua, las vías destartaladas, las colas para todo, el aislamiento aéreo, todo ello es propio de las guerras. En el caso venezolano, de la guerra del régimen imperante en contra de la población. Y ahora, para colmo, la guerra bacteriológica...

Y ciertamente que la hay, porque la destrucción generalizada de la sanidad pública ha generado el rebrote en endemias que habían sido erradicadas hace décadas, y ha hecho que nuestro país sea un caldo de cultivo y diseminación de todo tipo de nuevas endemias. Esa es la guerra bacteriológica que padecen los venezolanos.

Consecuencia de todas estas guerras: un país enfermo, extremamente violento, fragmentado en lo político y con distorsiones brutales en lo económico. Venezuela necesita de paz para salir de la mega-crisis. Y la paz pasa por la superación de la hegemonía y sus guerras.

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