Oración y acción
Escrito por José D. Solórzano | @jdionisioss   
Jueves, 15 de Diciembre de 2016 00:00

altAsí lo decía San Agustín de Hipona: “Reza como si todo dependiera de Dios, trabaja como si todo dependiera de ti”.

 

Esta frase debería ser parte de nuestras vidas en Venezuela. Sí, los venezolanos tenemos que encomendarnos a Dios en medio de esta vorágine que azota a nuestra nación, y tenemos que trabajar para librarnos rápidamente de esta tragedia.

Cada uno de nosotros tenemos que rezar y/u orar, ya cual sea nuestra fe y confección religiosa, para que el Altísimo se apiade de nosotros y venga en nuestro socorro.

Tenemos que ser piadosos, misericordioso y caritativos. La expresión contemplativa es fundamental para buscar la inspiración divida, para entregarnos a Dios y pedir su ayuda celestial.

Si los venezolanos nos unimos en un solo y alto petitorio a Dios, estoy completamente seguro que Él en su infinita misericordia y amor nos escuchará y vendrán tiempos mejores para nosotros.

Pero, la construcción de la “ciudad de Dios”, como diría nuevamente San Agustín, no se alcanza simplemente con los deseos y la oración, sino que cada uno de nosotros tiene que ponerse en acción.

Los hombres poseemos el “Don” divino del libre albedrío. Nosotros somos creadores de nuestro propio porvenir, nuestras decisiones buenas o malas van a determinar el camino y la senda que recorreremos en nuestras existencias.

Dios siempre querrá lo mejor para cada uno de sus hijos, sin embargo es usted y yo quienes tomamos las vías equivocadas.

Por ende, la acción es inevitable para que Venezuela salga del atolladero en la cual la sumergieron. La fe es fundamental y la acción es indispensable.

Trabajemos con ahínco para el rescate de la democracia y la libertad de nuestro pueblo. Luchemos por esa Venezuela que perdimos en el tránsito del tiempo.

Y, ¿por qué rezar y trabajar a la vez? Porque, para mi criterio, nosotros estamos enfrentando un combate en dos frentes de batalla: El político y el divino.

Para nadie es un secreto que desde el ascenso al poder del expresidente Chávez se fue construyendo en la nación una “neo-religión” una especie de “fe política” que primero se disfrazaba de cristianismo para luego dar paso a una especie de paganismos de la nueva era.

Así como la “revolución” destruyó con las instituciones democráticas para edificar unas autocráticas, así como aniquiló la economía productiva para dar paso a una anarquía económica, de esa misma forma desde Miraflores se promovió un nuevo culto seudo religioso que colocaba a un hombre como centro de la adoración popular.

Llamar “supremo” a un ex presidente, blasfemar al redactar un “padre nuestro” politizado e inclusive hacer circular un rosario rojo con la faz de Hugo Chávez respondía  a un plan  de menoscabar las bases del cristianismo en nuestra sociedad.

Frente a esto, los demócratas, los cristianos, los venezolanos, tenemos que rezarle a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo para que nos cubra con su manto y, también, trabajar para que regrese la libertad a nuestra nación.

P.D: Falleció Mons. Javier Echeverriía, Prelado del Opus Dei, encomendamos a Dios su alma y rezamos por su santificación y recibimiento ante el Padre. 


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