La ensubidora alterna
Escrito por Adolfo R. Taylhardat   
Miércoles, 20 de Agosto de 2014 00:35

La ensubidora alterna
Adolfo R. Taylhardat
La designación de la hija del fenecido fúhrer como embajadora alterna ante las Naciones Unidas es el agravio más insolente que se ha hecho al Servicio Exterior venezolano.
Es cierto que todos los gobiernos han utilizado los cargos del Servicio Exterior como exilio dorado para ubicar a políticos y militares indeseables o incomodos para el régimen de turno. También para complacer aspiraciones de amigotes del gobernante o para  retribuir favores, apoyos o lealtades de benefactores políticos. No faltaron los casos de carácter humanitario asignando cargos a personas necesitadas de un tratamiento médico que sólo podían recibir en algún lugar del mundo, generalmente Estados Unidos.
Pero esos casos eran relativamente escasos en comparación con los cargos que durante la etapa democrática del país estuvieron desempeñados por profesionales de las relaciones internacionales o por figuras descollantes de la intelectualidad venezolana. El respeto y el apoyo que recibió el proceso de profesionalización del Servicio Exterior condujo a que en un cierto momento el 80% de los cargos de las ramas internas y externas estaban desempeñados por diplomáticos de carrera.
Esto le valió a Venezuela amplio reconocimiento y elevado respeto internacional por la calidad del desempeño de sus diplomáticos, muchos de los cuales participaron en acciones desplegadas para atender situaciones y problemas que afectaban la paz en diferentes países. En ese entonces la voz de nuestro país y las posiciones que asumía en los órganos internacionales contribuyeron constructivamente en la orientación y la adopción de decisiones en los foros multilaterales y en el ámbito bilateral.
Todo eso se perdió. La gran mayoría de los funcionarios de carrera fueron forzados a renunciar mediante presiones o sometiéndolos a situaciones humillantes. Algunos permanecen en el Servicio bajo un régimen consistente en acudir a firmar el registro de asistencias simplemente para no perder el cargo mientras le otorgan la jubilación. Unos pocos siguen activos manteniendo una actitud de bajo perfil para no caer en desgracia y perder el cargo. No falta uno que otro que simplemente se plegó al régimen. El caso más escandaloso es el de Royo Chavezton.
El Servicio Exterior está hoy en día en manos de ineptos e improvisados. Algunos recibieron formación como diplomáticos en Cuba luego de un curso de un mes de duración.
En las condiciones actuales, donde prevalece el desprecio más colosal hacia el Servicio Exterior se comprende, pero no justifica, la designación de la hija de su papá fenecido para desempeñar uno de los cargos más delicados, exigentes e importantes de la diplomacia de un país. En mi opinión el orden de la importancia de la función diplomática es el siguiente: en primer lugar el Ministro de Relaciones Exteriores, segundo el Embajador ante las Naciones Unidas y tercero el Embajador Alterno en las UN.
De allí que el apelativo de “ensubidora” es apropiado porque de una sola zancada  la reina del arroz ascendió al tercer lugar de importancia en el Servicio Exterior. Las preguntas obligadas son: aparte de ser la hija de su papá difunto, ¿cuál es el mérito de esa niña (¿?)   para ocupar ese cargo?, ¿qué títulos profesionales tiene para desempeñar esa función?, qué experiencia tiene para cumplir esa función? Como esa, otras muchas interrogantes inevitablemente surgen espontáneamente no solamente en el ámbito de la oposición, sino también en el interior del partido de gobierno donde esa designación ha causado gran estupor.
Esas preguntas tienen una sola respuesta: ninguno, ninguna.
La sabiduría popular no cesa de especular y ofrece algunas explicaciones. Hay quien dice que es una manera de obligarla a salir de la residencia presidencial de La Casona, donde permanece instalada y se niega a abandonar. Otra versión sostiene que se persigue protegerla de un juicio en Argentina por actividades ilícitas en las operaciones de exportación de arroz de ese país a Venezuela (de allí el mote de “reina del  arroz” que le ha sido atribuido). Una tercera explicación (hasta ahora la más consistente), sostiene que se persigue darle un baño de roce internacional como parte del proceso de preparación para una presunta candidatura suya a la presidencia en Venezuela. Se dice que los hermanos Castro vienen preparándola para que, llegado el momento, sea postulada como candidata a sustituir al ilegítimo que ya está en caída libre. La lógica de esa versión es que los hermanos Castro necesitan contar con otro(a) incondicional para que asuma las riendas del país y mantenga la relación de dependencia colonial a la cual se encuentra sometido nuestro país.
Pero la verdadera razón se conocerá tarde o temprano. Mientras tanto  será evidente la frivolidad de la ensubidora visitando las tiendas de grandes firmas en la Quinta Avenida que ha frecuentado como simple visitante del odiado imperio conspirador e interventor contra la estabilidad “democrática” del régimen.  Ahora gozará del status diplomático que la exonera de los impuestos y le brinda una condición que los comercios no perderán la oportunidad de especular.
Uno de los chistes de la sabiduría popular dice que ahora podrá practicar el inglés que ha aprendido durante sus frecuentes viajes a Nueva York y podrá decir: ¡coman mamey!
Seguramente mis lectores dirán que este artículo está cargado de resentimiento y que estoy respirando por la herida ante el agravio que constituye esa designación.
No lo niego, pero creo que reflejo el sentimiento de muchos colegas diplomáticos de carrera hoy en situación de jubilados. Además tengo sobradas razones para ello. Con la venia de mis amigos y lectores me tomo la libertad de insertar algunas notas personales que justifican el rechazo al agravio que se comete contra el Servicio Exterior y mi reacción personal ante esa injuria:
Casi toda mi carrera en el Servicio Exterior la cumplí en el ámbito de la diplomacia multilateral. Mi primer cargo en el exterior fue el de Ministro Consejero en la Misión venezolana ante los organismos de las Naciones Unidas en Ginebra. En distintos tiempos fui Embajador Alterno en las Naciones Unidas bajo la honrosa jefatura de Simón Alberto Consalvi, representante ante la entonces Comunidad Europea, Embajador Representante de Venezuela ante las Naciones Unidas-Viena y al mismo tiempo representante ante el Organismo Internacional de  Energía Atómica, Embajador Representante Permanente ante las Naciones Unidas-Ginebra y, finalmente, Embajador Representante Permanente ante las Naciones Unidas-Nueva York, donde tuve el alto honor y la delicada responsabilidad de ejercer la presidencia del Consejo de Seguridad. Soy también, disculpen la falta de modestia, el único funcionario del Servicio Exterior que se desempeñó en las tres sedes de las Naciones Unidas: Nueva York, Ginebra y Viena.
A esas posiciones y otras también importantes, entre ellas la de Vice-Ministro de Relaciones Exteriores, llegué sin palancas ni favores. Fueron el fruto de largos años de carrera durante los cuales escalé, uno por uno, los distintos peldaños del escalafón del Servicio Exterior, comenzando desde el rango más bajo hasta llegar al de Embajador. Tampoco hubo influencias políticas ya que durante mi carrera mantuve la más estricta independencia y en ningún momento me preguntaron por cuál partido simpatizaba.
Pido nuevamente disculpas por este largo paréntesis sobre mí mismo. Todo esto lo traigo a colación para que se entienda la razón de mi indignación personal ante ese grotesco acto de paracaidismo que es la designación de la nueva representante alterna. Posiblemente heredó de su padre la afición al paracaidismo.
Finalmente, una muestra patente del desprecio del régimen hacia el Servicio y a la función de representante alterno en las Naciones Unidas es el hecho de que la designación fue dada a conocer durante una concentración popular en la Plaza Bolívar, como si se tratara del anuncio del comienzo de la construcción de colectores de aguas negras en un pueblo del interior del país. ¡Qué falta de seriedad y de respeto por la función diplomática!

altLa designación de la hija del fenecido fúhrer como embajadora alterna ante las Naciones Unidas es el agravio más insolente que se ha hecho al Servicio Exterior venezolano.

Es cierto que todos los gobiernos han utilizado los cargos del Servicio Exterior como exilio dorado para ubicar a políticos y militares indeseables o incomodos para el régimen de turno. También para complacer aspiraciones de amigotes del gobernante o para  retribuir favores, apoyos o lealtades de benefactores políticos. No faltaron los casos de carácter humanitario asignando cargos a personas necesitadas de un tratamiento médico que sólo podían recibir en algún lugar del mundo, generalmente Estados Unidos.

Pero esos casos eran relativamente escasos en comparación con los cargos que durante la etapa democrática del país estuvieron desempeñados por profesionales de las relaciones internacionales o por figuras descollantes de la intelectualidad venezolana. El respeto y el apoyo que recibió el proceso de profesionalización del Servicio Exterior condujo a que en un cierto momento el 80% de los cargos de las ramas internas y externas estaban desempeñados por diplomáticos de carrera.

Esto le valió a Venezuela amplio reconocimiento y elevado respeto internacional por la calidad del desempeño de sus diplomáticos, muchos de los cuales participaron en acciones desplegadas para atender situaciones y problemas que afectaban la paz en diferentes países. En ese entonces la voz de nuestro país y las posiciones que asumía en los órganos internacionales contribuyeron constructivamente en la orientación y la adopción de decisiones en los foros multilaterales y en el ámbito bilateral.

Todo eso se perdió. La gran mayoría de los funcionarios de carrera fueron forzados a renunciar mediante presiones o sometiéndolos a situaciones humillantes. Algunos permanecen en el Servicio bajo un régimen consistente en acudir a firmar el registro de asistencias simplemente para no perder el cargo mientras le otorgan la jubilación. Unos pocos siguen activos manteniendo una actitud de bajo perfil para no caer en desgracia y perder el cargo. No falta uno que otro que simplemente se plegó al régimen. El caso más escandaloso es el de Royo Chavezton.  

El Servicio Exterior está hoy en día en manos de ineptos e improvisados. Algunos recibieron formación como diplomáticos en Cuba luego de un curso de un mes de duración.

En las condiciones actuales, donde prevalece el desprecio más colosal hacia el Servicio Exterior se comprende, pero no justifica, la designación de la hija de su papá fenecido para desempeñar uno de los cargos más delicados, exigentes e importantes de la diplomacia de un país. En mi opinión el orden de la importancia de la función diplomática es el siguiente: en primer lugar el Ministro de Relaciones Exteriores, segundo el Embajador ante las Naciones Unidas y tercero el Embajador Alterno en las UN.

De allí que el apelativo de “ensubidora” es apropiado porque de una sola zancada  la reina del arroz ascendió al tercer lugar de importancia en el Servicio Exterior. Las preguntas obligadas son: aparte de ser la hija de su papá difunto, ¿cuál es el mérito de esa niña (¿?)   para ocupar ese cargo?, ¿qué títulos profesionales tiene para desempeñar esa función?, qué experiencia tiene para cumplir esa función? Como esa, otras muchas interrogantes inevitablemente surgen espontáneamente no solamente en el ámbito de la oposición, sino también en el interior del partido de gobierno donde esa designación ha causado gran estupor.

Esas preguntas tienen una sola respuesta: ninguno, ninguna.

La sabiduría popular no cesa de especular y ofrece algunas explicaciones. Hay quien dice que es una manera de obligarla a salir de la residencia presidencial de La Casona, donde permanece instalada y se niega a abandonar. Otra versión sostiene que se persigue protegerla de un juicio en Argentina por actividades ilícitas en las operaciones de exportación de arroz de ese país a Venezuela (de allí el mote de “reina del  arroz” que le ha sido atribuido). Una tercera explicación (hasta ahora la más consistente), sostiene que se persigue darle un baño de roce internacional como parte del proceso de preparación para una presunta candidatura suya a la presidencia en Venezuela. Se dice que los hermanos Castro vienen preparándola para que, llegado el momento, sea postulada como candidata a sustituir al ilegítimo que ya está en caída libre. La lógica de esa versión es que los hermanos Castro necesitan contar con otro(a) incondicional para que asuma las riendas del país y mantenga la relación de dependencia colonial a la cual se encuentra sometido nuestro país. 

Pero la verdadera razón se conocerá tarde o temprano. Mientras tanto  será evidente la frivolidad de la ensubidora visitando las tiendas de grandes firmas en la Quinta Avenida que ha frecuentado como simple visitante del odiado imperio conspirador e interventor contra la estabilidad “democrática” del régimen.  Ahora gozará del status diplomático que la exonera de los impuestos y le brinda una condición que los comercios no perderán la oportunidad de especular.

Uno de los chistes de la sabiduría popular dice que ahora podrá practicar el inglés que ha aprendido durante sus frecuentes viajes a Nueva York y podrá decir: ¡coman mamey!

Seguramente mis lectores dirán que este artículo está cargado de resentimiento y que estoy respirando por la herida ante el agravio que constituye esa designación.

No lo niego, pero creo que reflejo el sentimiento de muchos colegas diplomáticos de carrera hoy en situación de jubilados. Además tengo sobradas razones para ello. Con la venia de mis amigos y lectores me tomo la libertad de insertar algunas notas personales que justifican el rechazo al agravio que se comete contra el Servicio Exterior y mi reacción personal ante esa injuria:

Casi toda mi carrera en el Servicio Exterior la cumplí en el ámbito de la diplomacia multilateral. Mi primer cargo en el exterior fue el de Ministro Consejero en la Misión venezolana ante los organismos de las Naciones Unidas en Ginebra. En distintos tiempos fui Embajador Alterno en las Naciones Unidas bajo la honrosa jefatura de Simón Alberto Consalvi, representante ante la entonces Comunidad Europea, Embajador Representante de Venezuela ante las Naciones Unidas-Viena y al mismo tiempo representante ante el Organismo Internacional de  Energía Atómica, Embajador Representante Permanente ante las Naciones Unidas-Ginebra y, finalmente, Embajador Representante Permanente ante las Naciones Unidas-Nueva York, donde tuve el alto honor y la delicada responsabilidad de ejercer la presidencia del Consejo de Seguridad. Soy también, disculpen la falta de modestia, el único funcionario del Servicio Exterior que se desempeñó en las tres sedes de las Naciones Unidas: Nueva York, Ginebra y Viena.

A esas posiciones y otras también importantes, entre ellas la de Vice-Ministro de Relaciones Exteriores, llegué sin palancas ni favores. Fueron el fruto de largos años de carrera durante los cuales escalé, uno por uno, los distintos peldaños del escalafón del Servicio Exterior, comenzando desde el rango más bajo hasta llegar al de Embajador. Tampoco hubo influencias políticas ya que durante mi carrera mantuve la más estricta independencia y en ningún momento me preguntaron por cuál partido simpatizaba. 

Pido nuevamente disculpas por este largo paréntesis sobre mí mismo. Todo esto lo traigo a colación para que se entienda la razón de mi indignación personal ante ese grotesco acto de paracaidismo que es la designación de la nueva representante alterna. Posiblemente heredó de su padre la afición al paracaidismo. 

Finalmente, una muestra patente del desprecio del régimen hacia el Servicio y a la función de representante alterno en las Naciones Unidas es el hecho de que la designación fue dada a conocer durante una concentración popular en la Plaza Bolívar, como si se tratara del anuncio del comienzo de la construcción de colectores de aguas negras en un pueblo del interior del país. ¡Qué falta de seriedad y de respeto por la función diplomática!

@taylhardat


(*): Artículo censurado en El Universal 

   



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