Descoordinación, profecía autocumplida, incentivos y cambio de gobierno
Escrito por Enrique González Porras | X: @enriquergp   
Martes, 09 de Mayo de 2017 00:26

altLa crisis económica en Venezuela se agudiza, mientras cada vez mayor cantidad de personas -se reconocen como residual claimants o dolientes finales

de las malas políticas públicas- entienden que su origen radica en un modelo económico basado en el rentismo; el debilitamiento ex profeso  de instituciones económicas, de Gobernanza y accountability; en políticas de corto plazo ya insostenibles de redistribución vía expoliación o vía alto costo de oportunidad de los recursos públicos y privados comprometidos o desplazados fuera de la actividad económica, etc.

Todo lo anterior, aunado al irrespeto al Estado de Derecho, al Debido Proceso, la existencia de leyes regulatorias “universales” de carácter punitivas y vacías de contenido, han creado una falla de funcionamiento de la economía, que sólo admite la etiqueta de falla de Gobierno, manifiesta en una masificada falla de coordinación -Co-ordination Failure-.

Para aquellos defensores de la intervención del Estado en la economía y de modelos keynesianos de crecimiento económico, John Leach nos recuerda en su libro “A Course in Public Economics” (Cambridge University Press, 2004) la otra cara de la moneda. Los economistas keynesiananos han solido señalar que el equilibrio económico podría resultar frágil. Lo anterior lo basan en que, para estos economistas, las cantidades de bienes que los consumidores desean consumir se encuentran determinadas por sus niveles de ingreso, niveles que a su vez se encuentran determinados por la cantidad de trabajo que pueden lograr vender. De igual manera, la cantidad de trabajo que las empresas adquieren se encuentra determinada por la cantidad de bienes y servicios que las empresas pueden vender y/o colocar en los mercados. Una recesión, argumentan los keynesianos, constituye una situación en la cual los consumidores no adquieren bienes y servicios debido a que ellos tampoco logran vender su mano de obra -equivalentemente puede añadirse, por pérdida de empleos por cierre de empresas, caída de la productividad general e inflación que depaupera el poder de compra de la demanda, etc.-, y las empresas no contratan mano de obra porque éstas no venden sus bienes y servicios. Si este enfoque es correcto, cada comportamiento de cada agente económico se encontraría influenciado tanto por las cantidades como por los precios.

Asimismo, la decisión de los agentes económicos a comerciar en los mercados puede estar influenciada por sus estimaciones respecto a la probabilidad de que otros agentes económicos pudieran estar comerciando en el futuro. En este sentido, equilibrios múltiples pueden materializarse. Podría presentarse un equilibrio en el cual muy pocas personas comercian o desarrollan actividades económicas porque se espera poca actividad económica a futuro, poca demanda, poco acceso a insumos y materia prima; y/o podría existir la posibilidad de un equilibrio donde muchos o todos comercien, inviertan y transen porque esperan que todos los demás inviertan, contraten, y exista poder de compra y suficiente demanda.

En este sentido, el presente Gobierno constituye un verdadero problema de representatividad o problema Agente-Principal; donde sus intereses políticos y su búsqueda de sostenimiento del poder y sometimiento -Planificación Centralizada-, se aleja de las políticas y de un modelo económico que la sociedad exigiría para crear incentivos en favor de la generación de bienestar y riqueza. El costo de oportunidad para la sociedad venezolana de continuar con el actual Gobierno y su modelo económico es extremadamente elevado.

Siendo que el Gobierno ha contado con todo el poder político y económico para modificar las erradas de decisiones económicas y no lo ha hecho.

Siendo que el modelo económico establecido en la Constitución Nacional permite:

1.- La existencia de un Sistema de Precios de Mercado como sistema informacional, referencial y de incentivos.

2.- Permite y posibilita a que el Gobierno diseñe Políticas Públicas y Regulatorias para atender las fallas y distorsiones en los mercados y sectores económicos que alejan a la sociedad del bien social tutelado, el Bienestar Social.

3.- Permite diseñar Políticas Públicas basadas en Mercado, para completarlos o para crearlos en el caso que su ausencia esté imposibilitando a la sociedad a alcanzar mayores niveles de Bienestar Social y eficiencia económica.

4.- Permite y Contempla aplicar Políticas Públicas de Equidad y Redistribución.

Podría concluirse que la crisis económica en Venezuela tiene un enorme carácter político, agudizado por una Descoordinación en detrimento de actividades económicas y expectativas alineadas con crear riqueza, producto de los desincentivos que implican las actuales políticas públicas y regulatorias. Una vez que la actual gestión de Gobierno insiste en sus errores, parece ser inevitable, que para iniciar una senda de progreso, crecimiento y bienestar, el país tendrá que esperar por un cambio de los actores políticos responsables de las políticas gubernamentales.



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