Wingfield, Reuter, Stavis, Sirkis: ¡desafío a riesgo!
Escrito por Jordán Quintero (educador)   
Viernes, 06 de Enero de 2017 08:50

altPrevio a sugerirles una lista de lo mejor en música del año 2016, decido pisar terreno nuevo con uno de los primeros álbumes del 2017

que desde ya (¿ tan temprano?) considero será uno de los mejores para la lista del año que recién comienza. No hay duda alguna al señalarlo con estas intenciones pues creo que sus cuatro elementos constituyentes (el cuarteto) han logrado una simbiosis difícil de repetir, mucho más cuando no ha habido un previo plan, una partitura de por medio, sin ensayo ni remasterización (overdub), y sólo el arte de la improvisación en una sala de grabación ha hecho posible que la magia del talento de cada uno de estos 4 músicos alcancen un altísimo grado de comunicación y cohesión como si antes lo hubiesen ensayado con un propósito expreso. 

La primera – y muy válida – impresión sónica como oyente de sus 2 primeras improvisaciones es buscar una semejanza, y rápidamente nos retrotraemos a algunos de los mejores trabajos discográficos del guitarrista noruego Terje Rypdal de los años 70, cuando produjo y publicó aquel magnífico álbum doble titulado “Odyssey” (1975- ECM); otro referente puede ser cualquier álbum del guitarrista David Torn, como al igual alguno de los últimos trabajos de Tony Levin, para tan sólo citar tres referencias cercanas en el tiempo a manera de invitación/orientación para quienes hayan transitado a gusto por el territorio de la fusión jazz. En verdad el álbum fue grabado el 19 de Febrero de 2016 en La Casa Murada Studio, en Banyeres del Penedes, Cataluña, España, y ha esperado casi un año entero para ser puesto a la venta el próximo 14 de Febrero 2017. De allí que el nombre del álbum y su portada tenga estrecha relación con el sitio donde fue grabado : “The Stone House”, y sin buscarle nombre al cuarteto simplemente colocan a todo mérito sus apellidos : Wingfield Reuter Stavi Sirkis .

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Esta milagrosa proeza en su concepción desafía cualquier categorización ya que la grabación incorpora una suma de estilos que espontáneamente interactúan entre el free jazz, la psycodelia, ambient, rock, trance y algo más, asumidos de una manera intuitiva y brillante que al escucharla por primera vez sorprende la calidad de tan perfecta interactividad en un momento dado en formato de cuarteto. Bien podría subtitularse este álbum como un Desafío al Riesgo (me reservo mis derechos de autor por la frasecita) tomando en cuenta que acá cuanto escuchamos es una creativa aventura musical pescada al azar, pero molida por las circunstancias de previas experiencias entre cada uno de estos muy seguros músicos, mejor artistas !,  quienes en el devenir de sus relaciones bien han sabido conjugar páginas de no menor valía, como es el caso del sui-generis guitarrista británico Mark Wingfield, el baterista y percusionista israelí Asaf Sirkis (Tim Garland, Nicolas Meier) ahora radicado en el Reino Unido, y el experimentado bajista Yaron Stavi (Gilad Atzmon´s The Orient House Ensemble, Gary Husband, Nigel Kennedy group, John Etheridge, Larry Coryell, Estelle Kokot, Leszek Mozder, Robert Wyatt, John Zorn, Phil Manzanera, David Gilmour, Richard Galliano, etc.) quienes en formato de trío lograron el excelente álbum “Mark Wingfield : Proof of Light” (2015- MoonJune Records); por lo que podemos inferir que con la participación del guitarrista alemán Markus Reuter (Stick Men, Centrozoon, The Crimson Project) con sus guitarras Touch Guitars AUB viene a conformar un cuarteto que raya en la milagrosa aventura intuitiva que significa este disco de flotantes exploraciones tonales, emocionantes y suspensivas posibilidades texturales, muchas veces rotas por violentos arranques de la batería de Sirkis quien de repente nos remite al sonido de un Billy Cobham de los tiempos de la Mahavishnu Orchestra, o en sucesivos momentos arrastrándonos a una fluidez creativa al antojo que bien podríamos estar recordando y reviviendo al cuarteto alemán Association P.C., pero si para las nuevas generaciones este par de agrupaciones no significan nada –quizá por desconocimiento, cabe decir--  , este álbum viene a reponer todas esas emociones que un brillante y cercano pasado echó las sólidas bases de la progresión del jazzrock (o Fusión) de nuestros días.

Sorprende cómo la primera pieza , atinadamente titulada “Rush” pasa tan fluida al punto de no creer que ya se han consumido 12 minutos y 15 segundos. “Four Moons” , la segunda pieza y la más corta de las 6 del álbum pareciera desde un principio dibujarnos los fiordos noruegos de Rypdal con ese magnífico sonido  de sala, amplio, retumbante, casi infinito donde Reuter y sus mágicas guitarras nos extiende las sábanas sónicas  ambientales mientras Wingfield planea con plena y aguda habilidad tonal. “Silver” comienza con una rica interacción de dos guitarras que se complementan y tejen un tapiz de sensaciones  guitarrísticas, mientras Sirkis desde la batería marca la cadencia para que Wingfield despegue (una vez más) con ese sonido tan característico de él que ha sabido sacarle el mayor provecho recordándonos a John Abercrombie, 8 minutos y 33 segundos de un obstinado bajo eléctrico que Stavi sabe mantener como carril imperturbable. A estas alturas ya hemos rozado el clímax de lo que nos vienen proponiendo y ya no hay punto de regreso… nos han capturado !

“Fjords de Catalunya” 9´46´´es la pieza de la introspección, la más ambient de las 6 improvisaciones y suena ensayadísima !, como si la hubiesen tocado años tras años. Ahora sí, no hay manera de sacarnos a Rypdal de la mente, una recreación abismante . “Taresque” de 10 min. y 09 seg. Es toda una recreación de ritmo y cadencia entre el incesante golpeteo de Sirkis y la velocidad al bajo de Stavi. Parecen divertirse contestándose a plena libertad creadora ante un telón de sonido casi increíble de la simbiosis de dos guitarras que sueñan  ser teclados o sintetizadores, y al final pareciera que el cuarteto se extingue más allá de una estratósfera de sonidos lejanos.

Y la pieza final, la más larga (13´57) titulada “Bona nit Señor Rovira”, haciendo referencia al ingeniero de sonido, español por cierto, es la tapa del frasco; se destapa y la esencia se expande en el más free jazz controlado donde una vez más Markus Reuter pone el bastidor y el lienzo para que Mark Wingfield , a lo Pollock, discurra en un monólogo agudísimo mientras Sirkis remata a placer marcando con precisión relojera el lamento que va ululando Stavi con su bajo eléctrico, y la melodía despliega sus alas a manos de Wingfield quien desciende y planea plácidamente en busca de la nota donde aterrizar. Y, sin darnos cuenta los 59 minutos y 54 segundos totales se han ido tan inadvertida pero gustosamente  que nos deja un sabor a querer repetir una y muchas veces más  esa esencia que sólo la obra de arte sabe capturar hasta al más desapercibido.

En estos tiempos iniciales de cada año solemos desearnos Feliz Año ¡! casi por costumbre. Mejor sería recomendar una experiencia sónica por compartir como este álbum : Wingfield,Reuter,Stavi, Sirkis : “The Stone House” .

Wingfield, Reuter, Stavis, Sirkis,  “The Stone House”, Moonjune Records (Twitter: @moonjune ) 2017                                                                                                         

 


(*): Productor del programa radial “Etcétera” , por UPTM, 90.1 fm                                                                             

 


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