El petróleo y el “Factor Trump”
Escrito por José Rafael Revenga | @revengajr   
Lunes, 19 de Diciembre de 2016 00:00

altPresidente electo Donald Trump:  “Imaginemos un mundo en el cual nuestros enemigos y los carteles petroleros ya no puedan utilizar la energía como un arma” (2016)

 

A tres semanas del “petro-acuerdo”  labrado por la OPEP el 30.11 y a una semana del apoyo ofrecido por los no-productores OPEP, los cuales añadieron un recorte de casi 600.000 b/d a los 1.200.000 b/d originales, el mercado a nivel mundial y los países productores de crudo dan señales positivas en cuanto a la evolución del precio por barril.

Parecería que en los próximos meses los marcadores mundiales se situarán alrededor de los $55/b. Quizás no tanto por la magnitud de la reducción ya suscrita sino, más bien, porque el acuerdo parece aplicable lo cual ha llevado a Arabia Saudí de ir aun mas allá de su recorte de casi los 500.000 b/d para así  sostener el precio y hacer viable su oferta pública de acciones en la empresa estatal ARAMCO programada para inicios del 2018 y de la cual depende su futuro fiscal.

Un precio de $55/b para el WTI puede transformarse en un umbral cuya superación sería contraproducente pues activaría una importante producción de shale en USA y llevaría a una pérdida de mercado para los países árabes.

Actualmente, Goldman Sachs proyecta un volumen de nueva producción de shale estadounidense equivalente a 800.000 b/d en 2017 lo cual se sumaría al nivel actual de 4 millones b/d y la producción total estadounidense alcanzaría a 8,8 millones b/d.

Una estimación más limitada la ofrece el Postcarbon Institute (ver) https://loo.gl/ps8ML6

Los precios en alza ¿Por cuánto tiempo?

El viernes 16.12 el crudo alcanzó su nivel más alto en los últimos 17 meses. El Brent se colocó en $55,21/b y el WTI en $51,90/b. Esto representa un aumento del 23% para el Brent en las últimas cuatro semanas y para el WTI un 20%.

No obstante, hay fundadas dudas sobre si los dos acuerdos de viena a fines de noviembre y a mediados de diciembre logren sostenerse más allá del primer trimestre dada la competencia por los mercados. Por ejemplo, Irak recién firmó contratos adicionales con sus clientes en China e India  a pesar de haber suscrito el compromiso de reducir su producción en 210.000 b/d.

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El “Factor Trump”

Hay que prestar una urgente atención al impacto de las medidas previsibles y/o imprevistas de parte del nuevo presidente de los EE.UU. sobre la conducción global de los hidrocarburos.

Un análisis somero incluye, en primer lugar, una política centrada en el desarrollo inmediato de la capacidad de producción de crudo y gas mediante la desregulación del uso de los territorios federales. En segundo lugar, la asignación de una amplia gama de incentivos para facilitar la producción no-convencional. Un tercer factor es la exigencia de ampliar el numero de puestos de trabajo.

Si las anteriores consideraciones son razonables y propias de una política energética catalizadora, hay que tener en cuenta que Trump maneja también otros criterios directamente relacionados con la postura mundial del ejercicio de la soberanía estadounidense.

El manejo de esta agresiva política energética quedará en manos de un cuarteto excepcional de ministros  reconocido por su criterio de hacer el máximo uso de las reservas nacionales para lograr la independencia de importaciones para los EE.UU.

El grupo lo configuran: Rex Tillerson, jefe máximo de la Exxon y ahora nominado para la Secretaría de Estado; Scott Pruitt dirigirá la Environmental Protection Agency; Rick Perry estará al frente del Departamento de Energía y Rian Zinke será el próximo director del Departamento de Energía.

Si a la dimensión de una nueva política energética le agregamos el cuarteto de ministros con un mandato y un enfoque homogéneo y, por último, algunos criterios  personales del próximo presidente de los EE.UU. terminamos con una bandada de “cisnes negros”.

Trump ha declarado que estaría dispuesto a cortar las importaciones de crudo provenientes de Arabia Saudí si el Reino y otros países árabes no financian la guerra contra el ISIS.

A este cuadro multifactorial hay que añadir el efecto del alza de precios logrado por los productores OPEP y no-OPEP lo cual paradójicamente impulsa la producción USA y desata una guerra por los mercados la cual reducirá los precios.

Si bien los efectos de los “acuerdos Viena” han sido positivos durante los primeros días, hay que tener en cuenta que el “efecto Trump” distorsionará, en pocos meses, por completo al mercado energético mundial.

Me seguiré ocupando del tema en próximas notas.

 


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